Con solo 10 años, la princesa Charlotte de Gales ya es una figura central en la familia real británica. Hija del príncipe Guillermo y Kate Middleton, ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión al trono.
Pese a su posición, sus padres han insistido siempre en que ella y sus hermanos vivan una infancia lo más normal posible. Sin embargo, algunas reglas estrictas en su educación reflejan el peso institucional que recae sobre sus hombros.

La sorprendente prohibición de la princesa Charlotte
Una de estas normas tiene que ver con los momentos en la mesa. Darren McGrady, chef que trabajó durante años para la reina Isabel II y la princesa Diana, ha revelado una costumbre sorprendente que todavía se mantiene entre los hijos de los príncipes.
En una entrevista con Harper’s Bazaar, explicó que "a los niños no se les permite sentarse con los adultos hasta que dominen el arte de la conversación cortés". Esta norma se cumple de forma estricta, tanto en el Palacio de Buckingham como en Adelaide Cottage.
"A menudo, los niños tienen que sentarse separados de sus padres durante las comidas", añadió McGrady. Hasta que alcanzan el nivel de madurez requerido, Charlotte y sus hermanos George y Louis comen en una mesa separada, acompañados únicamente por una doncella.
El objetivo es fomentar sus habilidades sociales y prepararles para futuros eventos oficiales. "Los pequeños siempre comían en la zona de los niños hasta que tuvieron la edad suficiente para comportarse correctamente en la mesa del comedor", detalló.

Los hijos de Kate Middleton tienen que cumplir ciertas normas
La prensa británica ha calificado esta norma como "estricta", en contraste con la imagen de infancia común que defienden los duques. En cuanto a la disciplina, otra fuente cercana contó a The Sun cómo actúan Guillermo y Kate cuando sus hijos no se comportan como esperan:
"Se los llevan fuera del comedor y conversan sobre el proceder que acaban de poner en práctica, siempre en un tono tranquilo, sin exaltarse. Kate y Guillermo nunca les gritan". Desde que Kate fue diagnosticada con cáncer, la pareja ha reorganizado su rutina para estar más presentes.
Han reducido el número de empleados en Adelaide Cottage. Un hecho que ha afectado a la nanny María Teresa Turrión. Esta, también señaló que tienen prohibido las rabietas en público y en privado para incentivar que se expresen de forma calmada.