Primer plano de Charlene de Mónaco con banderas de Mónaco de fondo.

Casa Real revela la razón por la que Charlene de Mónaco ha dejado solo a su marido

La esposa del príncipe Alberto no ha asistido al importante evento que ha tenido lugar en las últimas horas

Charlene de Mónaco ha vuelto a ponerse en el foco mediático. Y todo porque ha sido la gran ausente en el último acto oficial que se ha celebrado. Ella ha dejado solo a su marido, el príncipe Alberto, en el último momento, pero lo ha hecho por un significativo motivo, que ahora ha destapado Casa Real.

En concreto, la esposa del soberano no ha estado presente en el encuentro que él ha tenido con el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, en el país de este. Un encuentro en el que han abordado asuntos de interés para ambos estados.

Pareja elegantemente vestida, que son Alberto y Charlene de Mónaco, posando frente a un edificio con detalles arquitectónicos decorativos.
Charlene de Mónaco no ha estado al lado de su marido en este evento | Instagram, @palaisprincierdemonaco

Charlene de Mónaco, gran ausente en un viaje internacional de la Casa Real: el motivo

Charlene de Mónaco, que sigue teniendo problemas con Alexandre Grimaldi, está de nuevo de actualidad. En este caso, porque ha sido la gran ausente al último acto organizado por Casa Real. Nos estamos refiriendo al encuentro que su marido, el príncipe Alberto, ha tenido en Lituania con el presidente de dicho país.

El acto en cuestión se ha desarrollado en el conocido Palacio Presidencial de Vilnius, un escenario solemne en el que se han abordado asuntos de gran importancia para ambos estados. El turismo y la cultura han formado parte de la agenda, en un contexto que pretendía estrechar lazos entre las dos naciones.

Lo que más ha llamado la atención ha sido que el soberano se desplazó hasta la capital báltica sin la compañía de su esposa. A diferencia de otros viajes internacionales en los que Charlene de Mónaco suele aparecer junto a él, en esta ocasión brilló por su ausencia. Y, aunque en un primer momento se pensó que podía tratarse de un gesto personal, pronto se ha aclarado la verdadera razón.

Según ha trascendido, se trataba de una reunión de carácter estrictamente institucional, concebida únicamente entre dos jefes de Estado. Es decir, un encuentro bilateral en el que no estaba prevista la participación de las consortes.

Bajo esa lógica, ella no ha sido la única que no ha acudido, pues la esposa del presidente lituano tampoco ha participado en la cita. Así, la ausencia ha quedado explicada como una consecuencia natural del formato del evento.

En este marco, el príncipe Alberto se ha presentado como único representante de la Casa Real de Mónaco, dejando patente su papel como soberano. Y también su capacidad para tratar asuntos estratégicos en primera persona.

El encuentro político con acuerdos de gran alcance al que Charlene de Mónaco no ha asistido

Más allá de la ausencia de Charlene, el viaje a Lituania ha despertado interés por dar un paso adelante en la proyección internacional del Principado. Alberto y Gitanas han abordado proyectos conjuntos que refuerzan la cooperación en diferentes áreas, con el objetivo de abrir nuevas vías de intercambio. Por ejemplo, se ha incluido el deporte, un ámbito en el que Mónaco mantiene una fuerte tradición, y la economía, estratégica para ambas naciones.

El príncipe Alberto de Mónaco y Gitanas Nauseda, presidente de Lituania, posan juntos, con sus trajes de chaqueta, frente a sus banderas nacionales y una estatua blanca
El marido de Charlene de Mónaco y el presidente lituano han abordado temas de gran interés en su encuentro | Instagram, @palaisprincierdemonaco

Uno de los puntos más destacados ha sido la coincidencia de ambos líderes en su compromiso con la lucha contra el cambio climático. Y, además, la reunión ha tenido un marcado carácter geopolítico. Tal y como ha comunicado la Casa Real de Mónaco a través de sus redes, los dos han reafirmado de manera conjunta su posición respecto a restaurar la paz en Ucrania.

Este gesto ha situado al encuentro en una dimensión que alinea a Mónaco y Lituania juntas en un mensaje compartido hacia la comunidad internacional. La ausencia de Charlene, en este contexto, refuerza la idea de que se trataba de una cita puramente política, en la que lo protocolario cedía todo el protagonismo a lo institucional.