Buckingham Palace ha reconocido un detalle que hasta ahora había pasado más desapercibido sobre el príncipe Louis, el hijo menor de Kate Middleton y Guillermo. Se trata de una información que pone el foco en el niño de siete años, a menudo protagonista espontáneo de los actos oficiales. La Casa Real británica, con este gesto, ha confirmado lo que muchos ya habían intuido en las últimas apariciones públicas.
La información admitida por el Palacio no tiene que ver con asuntos protocolarios ni con cuestiones estrictamente institucionales. En realidad, está centrada en la relación personal que mantiene Louis con su abuelo, el rey Carlos III. Según han destacado desde la residencia oficial, el vínculo entre ambos ha sido especialmente estrecho desde los primeros años de vida del pequeño.

Louis ha demostrado en repetidas ocasiones que comparte una complicidad muy especial con el monarca británico. Durante el Trooping the Colour celebrado el pasado 14 de junio, el niño imitó con entusiasmo los gestos de su abuelo desde el balcón de Buckingham, en plena tradición real. En aquel momento, quedó patente que su conexión trasciende lo familiar y se proyecta también en el escenario público.
Buckingham Palace, testigo del vínculo entre el hijo de Kate Middleton y el rey Carlos III
Testigos cercanos al evento han revelado que incluso hubo una conversación privada entre abuelo y nieto en pleno desfile aéreo. Una lectora de labios captó cómo Carlos III señalaba al cielo para animar al pequeño a no perderse las acrobacias de la Real Fuerza Aérea. “¡Louis, mira! ¡Los aviones de combate!”, habría exclamado el monarca con entusiasmo, provocando la sonrisa abierta del niño.
La escena no ha sorprendido a quienes siguen de cerca la vida de la familia real, ya que existen otros momentos que demuestran esta cercanía. En abril de 2020 se difundió una tierna fotografía en la que Carlos abrazaba a Louis por su segundo cumpleaños. En 2022, durante el Jubileo de Platino de Isabel II, se les vio juntos con el pequeño en el regazo del soberano.

Estos gestos han consolidado la imagen de un abuelo entregado y afectuoso, alejada de la visión distante que en ocasiones se asocia a la realeza. No en vano, el rey ha encontrado en la relación con sus nietos una nueva manera de vivir su rol personal y familiar. Incluso sus nombres parecen unirlos, pues Carlos fue bautizado como Carlos Felipe Arturo Jorge, mientras que el niño lleva por nombre completo Louis Arturo Carlos.
Louis, el hijo de Kate Middleton, se gana un lugar en Buckingham Palace
El vínculo de Carlos con los más pequeños no ha pasado inadvertido tampoco para la reina Camila. En una entrevista en 2015, describió cómo su marido se arrodillaba para jugar con los nietos, imitaba voces al leer Harry Potter y pasaba horas divirtiéndose con ellos. Según dijo entonces, los niños “lo adoraban absolutamente” y lo veían como alguien capaz de hacer mágicos los momentos más cotidianos.
Sin embargo, no todo resulta tan sencillo en la vida del monarca. La distancia con sus nietos Archie y Lilibet, hijos de Harry y Meghan que residen en California, contrasta con la cercanía que tiene con Louis. Esa diferencia ha reforzado todavía más la importancia de su relación con el benjamín de Guillermo y Kate.
La admisión por parte de Buckingham Palace ha servido para poner nombre a lo que el público ya había percibido. Louis es, a sus siete años, una pieza clave en la vida familiar del soberano. Y en cada aparición conjunta, abuelo y nieto confirman que su relación es una de las más entrañables en la monarquía británica.