Duquesa de Kent con sombrero elegante saludando y un moño negro de luto al frente

Anuncio urgente de Buckingham tras la muerte de la duquesa de Kent: 'Su Alteza...'

Buckingham Palace confirma con pesar el fallecimiento de Katharine Worsley, esposa del duque de Kent, a los 92 años

La duquesa de Kent, Katharine Lucy Mary Worsley, ha fallecido a los 92 años en el Palacio de Kensington. La noticia ha conmocionado al Reino Unido, y Buckingham Palace se ha visto obligado a emitir un comunicado urgente en nombre de la Familia Real.

"Su Alteza Real falleció pacíficamente anoche en el Palacio de Kensington", anunciaron en un comunicado oficial. ¿Cómo afrontará la Casa de Windsor la pérdida de una de sus figuras más queridas y singulares?

Catalina de Kent sentada en un set de televisión con las manos levantadas mientras habla
Buckingham Palace confirma la pérdida de la duquesa de Kent a los 92 años | ITV Studios

Buckingham Palace hace un comunicado urgente tras el fallecimiento de la duquesa de Kent

El jueves por la noche, poco antes de la medianoche, trascendió la noticia del fallecimiento de la duquesa de Kent. Carlos III fue informado de inmediato en Balmoral, donde se encuentra actualmente, y dio la orden de preparar el comunicado oficial. Katharine Worsley ha sido durante décadas un pilar silencioso de la monarquía, y su ausencia marca un nuevo capítulo en la vida de los Windsor.

El Palacio de Buckingham confirmó este viernes por la mañana el fallecimiento con un texto cargado de solemnidad y emoción. "Con profundo pesar, se anuncia la muerte de Su Alteza Real la Duquesa de Kent. Su Alteza Real falleció pacíficamente anoche en el Palacio de Kensington, rodeada de su familia", comienza el escrito.

"El rey, la reina y los miembros de la Familia Real se unen al duque de Kent, sus hijos y nietos para lamentar su pérdida. Recordar la devoción de toda la vida de la duquesa a todas las organizaciones con las que estuvo asociada, su pasión por la música y su empatía por los jóvenes", añaden.

El rey Carlos III, de 76 años, decretó luto oficial hasta el día del funeral, cuyos detalles aún no se han confirmado. Durante este tiempo, la Familia Real y el personal de palacio vestirán ropa de luto, y las tropas y caballerizas reales portarán brazaletes negros en señal de respeto. Según la BBC, algunos compromisos oficiales podrían continuar, pero adaptados al tono que exige el duelo.

La duquesa de Kent deja tras de sí un legado muy ligado a la historia reciente de la monarquía. Casada desde 1961 con Eduardo de Kent, primo de Isabel II, formó parte de la vida oficial de la reina hasta abril de 2024.

Katharine Worsley: la historia de la duquesa de Kent que rompió los moldes de la Familia Real

Katharine nació en 1933 en Yorkshire y fue conocida durante años como "la chica de Yorkshire". Era la única hija de William Arthington Worsley y Joyce Morgan Brunner. Aunque provenía de una familia distinguida, su origen plebeyo contrastaba con lo que se esperaba para un matrimonio real.

Su boda con el príncipe Eduardo de Kent, celebrada el 8 de junio de 1961 en la catedral de York, fue histórica: la primera en ese templo en seis siglos. El vestido, diseñado por John Cavanagh y confeccionado con más de 250 metros de seda, sigue siendo recordado como uno de los más elegantes. Fue en aquel enlace donde se conocieron también los futuros reyes de España, Juan Carlos y Sofía.

El matrimonio se instaló en Anmer Hall, residencia de la finca de Sandringham, hoy utilizada por los príncipes de Gales. Tuvieron tres hijos, George Windsor, conde de St Andrews; Lady Helen Taylor; y Lord Nicholas Windsor, además de diez nietos. En 1977 vivieron un episodio doloroso: el nacimiento sin vida de su cuarto hijo.

Catalina de Kent sonriendo elegantemente vestida en un evento social
La vida de Katharine Lucy Mary Worsley, duquesa de Kent | The Royal Family Web.

Años más tarde, la duquesa habló de aquella experiencia en The Daily Telegraph: "Fue algo horrible lo que sucedió y no pensé que debía darme tiempo para superarlo. No fue un buen período, pero una vez que salí y volví a un estado de normalidad, rápidamente me di cuenta de que a muchas personas les sucede. Nunca he tenido depresión desde entonces".

Su carácter cercano y su empatía marcaron la diferencia. No dudaba en romper el protocolo cuando la ocasión lo pedía, como en Wimbledon, donde consoló a una tenista derrotada por Steffi Graf. En 1994 tomó una decisión histórica al convertirse al catolicismo, algo inédito en más de 300 años dentro de la Familia Real británica.

En 2002 se retiró de la vida oficial y renunció al tratamiento de Alteza Real con permiso de Isabel II para dedicarse a la música, su verdadera pasión. Enseñó durante trece años en una escuela de Hull, donde impartía clases de piano y canto. En 2004, junto a Nicholas Robinson, fundó Future Talent, una organización benéfica para apoyar a jóvenes músicos en todo el Reino Unido.

Su vida fue la de una mujer que supo mantener el equilibrio entre la tradición y la modernidad, entre el deber y la vocación personal. Su legado, más allá del título, es el de una mujer que abrió caminos y que, con su cercanía, dejó una huella imborrable en la historia de la monarquía británica.