Durante años, ha sido una figura habitual en recepciones oficiales, cenas de gala y eventos benéficos en el Reino Unido y parte de Europa. Siempre impecable, discreto y cultivado, Donatus, Príncipe de Hohenzollern, parecía ser un aristócrata más dentro de ese exclusivo círculo de la realeza europea.
Pero lo que parecía un linaje milenario era, en realidad, un personaje meticulosamente construido por un antiguo profesor de música alemán que logró colarse en lo más alto de la pirámide social británica.
Su historia comienza en 2003, cuando Markus Hänsel, entonces con 42 años, fue adoptado legalmente por la princesa Katharina Feodora de Hohenzollern, una integrante menor de la dinastía alemana. Aquella adopción no tenía más objetivo que otorgarle un apellido con pedigrí y, por extensión, un título nobiliario.

Desde entonces, Markus pasó a llamarse Donatus y a presentarse públicamente como "Príncipe de Hohenzollern", reclamando incluso ser parte de la casa imperial alemana, que reinó hasta 1918. Su inclusión en actos institucionales no tardó en llegar. Pronto se le vio rodeado de miembros de la realeza.
Participó en actividades culturales, financiando conciertos de música clásica y posando en fotografías con distinguidos invitados. Incluso llegó a frecuentar al rey Carlos III en eventos oficiales, estableciendo con él una relación de proximidad que ha escandalizado ahora a los medios británicos.

Un escándalo con raíces en Alemania
La situación ha desatado una fuerte reacción por parte de Karl Friedrich de Hohenzollern, jefe de la casa legítima, quien no ha dudado en calificar a Donatus de "usurpador". Según él, su tía Katharina admitió haber sido persuadida por una sustanciosa suma de dinero.
Karl Friedrich asegura que contactó personalmente con Donatus para exigirle que dejara de utilizar el apellido y el título, a lo que este respondió fríamente que tenía los mismos derechos legales tras su adopción. Y no miente: en Alemania, las adopciones adultas no solo confieren derechos civiles, sino también el uso del apellido y títulos asociados.
Una vida de lujo, con matices
Donatus no solo ha sabido construirse una identidad aristocrática, sino que ha tejido una narrativa coherente a su alrededor. Doctor en Teología Católica, escritor prolífico y mecenas musical, vive desde hace años en una mansión de Surrey adquirida en 2007. Hasta la muerte de su esposa en 2012, residían en un castillo en los Países Bajos.
Sus días transcurren en un entorno de lujo discreto: pasea a su perro ciego, conduce un Bentley con matrícula personalizada, y asiste a recitales benéficos. Todo ello sin que ni él mismo ni su círculo inmediato reconozcan la polémica que ha generado su título.
Un error de la Casa Real británica
Lo más asombroso de esta historia no es sólo el ascenso social de Donatus, sino el alcance de su influencia. Según fuentes de la prensa británica, el propio rey Carlos III fue advertido hace más de diez años de las dudas sobre la legitimidad del título de Donatus. Sin embargo, optó por mantener el contacto con él.
Hoy, el escándalo ha estallado. Medios como The Sun o The Times publican con asombro la historia del "falso príncipe" que logró ganarse la confianza del monarca británico, mientras la Casa Real guarda silencio. ¿Fue una prueba de que incluso las élites más selectas pueden ser engañadas con una narrativa bien construida?
A día de hoy, Donatus de Hohenzollern sigue utilizando su título sin impedimentos legales. Pero el apellido que compró por dinero está ahora en el punto de mira… y ha puesto en evidencia hasta al mismísimo rey Carlos III.