Alberto Chicote, uno de los chefs más populares de la televisión española, se ha visto obligado a echar el cierre a su restaurante más emblemático, situado en pleno corazón de Madrid. Tras nueve años de actividad, el establecimiento ubicado en la Puerta del Sol ha cerrado definitivamente sus puertas.
El anuncio se hizo a través de las redes sociales oficiales del restaurante. En el mensaje, se agradecía a los clientes por el apoyo recibido durante casi una década y se explicaba que el cierre se debía a las obras de acondicionamiento en el edificio, que hacían inviable continuar con la actividad.
La noticia no ha pasado desapercibida entre los amantes de la gastronomía madrileña. Yakitoro, el restaurante de Chicote, se había convertido en un referente por su propuesta culinaria innovadora, su ambiente moderno y el sello personal del chef. La ubicación, además, lo hacía especialmente atractivo tanto para locales como para turistas.

Un futuro incierto pero con esperanza
A pesar del cierre, desde el entorno de Chicote se ha transmitido un mensaje de tranquilidad. El proyecto gastronómico no ha terminado, solo cambia de forma. Ya se está buscando una nueva ubicación para reabrir Yakitoro en otro punto de Madrid, aunque todavía no se ha revelado dónde ni cuándo.
La decisión ha sido un golpe inesperado para el cocinero, que atraviesa un momento de transformación profesional y personal. En paralelo a su faceta como empresario, Chicote sigue siendo uno de los rostros más reconocidos de la televisión, tanto en programas de entretenimiento como en formatos más comprometidos socialmente.

Uno de estos proyectos, su nuevo programa de denuncia centrado en las residencias de ancianos, ha generado una gran repercusión mediática. De hecho, la Junta de Castilla y León se vio forzada a reaccionar públicamente después de la emisión, comprometiéndose a tomar medidas tras las denuncias presentadas en pantalla.
La cara menos visible del chef televisivo
Aunque Chicote es conocido por su carácter fuerte, su voz ronca y sus broncas en cocina, también hay una parte emocional mucho menos visible que ha salido a la luz en su última entrevista concedida a la revista Lecturas. En ella, el chef se ha sincerado como pocas veces lo ha hecho.
A lo largo de la conversación, habla de su salud, de sus nuevos hábitos alimenticios, del desgaste emocional que le provocan algunos formatos televisivos y de la importancia de su entorno cercano. Chicote reconoce haber perdido más de 30 kilos y afirma que su prioridad ahora es mantener una salud aceptable y duradera.
Además, destaca el impacto emocional que tiene grabar programas tan duros. “Llevo la empatía por bandera”, dice, admitiendo que muchos episodios le dejan una huella difícil de gestionar. Pero si hay algo que ocupa un lugar central en su vida, tanto profesional como personal, es la figura de su mujer, Inma Núñez.
Lo más importante: si ella se rinde, él se retira
Chicote no solo comparte su vida con Inma, también su negocio. Ella trabaja con él codo a codo en el restaurante, y su papel ha sido, según palabras del propio chef, imprescindible. La confianza, la conexión y la compenetración entre ambos es, para él, lo que permite que todo funcione.
Y entonces, llega la confesión más poderosa de toda la entrevista. Una frase que lo resume todo. Chicote lo tiene claro:
“Si algún día mi mujer me dice ‘no puedo más’, yo cierro el restaurante”.
Es en esa afirmación donde se entiende de verdad el pilar sobre el que se sostiene su mundo. Más allá de la televisión, del restaurante, del espectáculo o de la presión diaria, está ella. Y si ella no puede seguir, él tampoco. En tiempos de cambios, Alberto Chicote recuerda que el ingrediente más importante no está en la carta, sino al otro lado de la barra.