Desde el entorno del Barça fueron repitiendo por activa y por pasiva el pasado curso que era imprescindible fichar a un centrocampista defensivo. El discurso de Xavi llegó incluso a persuadir a Joan Laporta, quien en verano también se mostró más que firme con esta idea, tal y como él mismo aseguró en alguna entrevista. Y es que la verdad es que ahí había un vacío notable; Oriol Romeu no estuvo ni siquiera cerca de dar el nivel esperado y al final Xavi tuvo que recurrir a Andreas Christensen, que no lo hizo nada mal.
Durante toda la temporada fueron sonando varios nombres que podrían llegar: Zubimendi, Joshua Kimmihc, Onana... Pero, al final, no terminó llegando ninguno. Y no lo hizo porque Hansi Flick se había dado cuenta de algo de lo que nadie se había percatado hasta el momento: que la solución estaba en casa y su nombre era Marc Casadó.
El vallesano apenas había disputado 58 minutos con el primer equipo en partido oficial antes de este verano, pero el técnico teutón vio en él algo que al egarense se le escapó. Y apostó por él. Ahora, apenas un par de meses después de que comenzara la campaña, ya nadie se imagina un centro del campo culé sin la presencia de Marc Casadó.
Ha convencido a todos
Marc Casadó ha demostrado ser un futbolista más que capaz que ejercer el rol de centrocampista defensivo en el doble pivote culé. Y lo ha hecho, además, con una humildad abismal. El joven ha calado a la perfección en el vestuario culé y ha caído muy bien a todos los integrantes del primer plantel, incluido a Hansi Flick.
El míster azulgrana se dirigió a él el otro día en rueda de prensa con un mote cariñoso, 'Casa', que repitió en varias ocasiones. "'Casa' es increíble. Si lo vieras jugar ahora y supieras de dónde viene, a qué nivel está ahora y cuánto ha mejorado... Es muy bueno defensivamente, pero también con el balón. Un producto de La Masía", dijo Flick.
Quien había seguido la misma línea que él y estaba convenciendo a todos era su buen amigo Marc Bernal. No obstante, el de Berga cayó gravemente lesionado y se perderá todo lo que resta de temporada. Lo que está claro es que Marc Casadó es ya inamovible de la medular del Barça; la duda está, más bien, en quién le acompaña en el pivote.