Un hombre sosteniendo un micrófono de Movistar+ sonríe mientras otro hombre con una camiseta del Barcelona se lleva la mano a la cabeza en un estadio de fútbol.

Mateu Lahoz lo tiene claro con el penalty no pitado a Lamine Yamal y hunde a la UEFA

El árbitro dice que la acción se tendría que haber revisado

La vuelta de las semifinales de Champions entre el Inter de Milán y el Barça (4-3) fue uno de esos partidos que quedarán grabados no solo por el marcador, sino por la enorme controversia arbitral. El Barça rozó la épica en San Siro, pero además de los goles y la prórroga, el choque estuvo marcado por una acción que ha incendiado el debate en toda Europa: el penalti no concedido a Lamine Yamal.

El penalti que pudo cambiarlo todo

Corría el minuto 68 cuando Lamine Yamal, en una gran jugada individual, encaró a Henrikh Mkhitaryan. El joven del Barça recibió un primer contacto fuera del área, pero mantuvo el equilibrio y continuó avanzando. Dentro del área, otro defensor interista volvió a impactarlo, provocando su caída.

El árbitro polaco Szymon Marciniak señaló penalti en primera instancia. Sin embargo, tras la revisión del VAR, se determinó que el contacto fue fuera del área y se cambió la decisión a tiro libre.

Un hombre con expresión seria y un jugador de fútbol con la mano en la frente, ambos frente a un fondo con el escudo del FC Barcelona.
Flick a la izquierda, Lamine a la derecha y el escudo del FC Barcelona | F.C. Barcelona, Canva Creative Studio, XCatalunya

Lahoz entra en escena: su análisis desmonta la decisión

Mateu Lahoz, ya retirado del arbitraje pero analista muy respetado, ha revisado la jugada y ha ofrecido un análisis que está dando mucho que hablar. "Esta es, ¿vale? Él interpreta claramente que es dentro", comenzó diciendo Lahoz, señalando que tanto Marciniak como su asistente interpretaron inicialmente que el penalti era correcto.

"Más allá, aquí tenemos un contacto. No sabemos si es suficiente o no, pero también tenemos muy claro que posteriormente hay un segundo contacto que ya es dentro", explicó Lahoz. Aquí radica la clave: el exárbitro destaca que el primer toque no derriba a Yamal. Es el segundo contacto, dentro del área, el que realmente lo hace caer.

Un jugador de fútbol con los brazos levantados celebra frente a un fondo con las letras
Lamine Yamal celebrando un gol y el escudo del Barça de fondo | F.C. Barcelona, Canva Creative Studio, XCatalunya

Crítica al VAR y al árbitro

Lahoz cuestionó la actuación del equipo arbitral y del VAR. "¿Por qué el árbitro principal no va al monitor y con humildad vuelve a discernir cuál de los dos contactos produce la caída?", planteó.

Además, añadió que el gesto de Marciniak con su mano, indicando "por poco", demostraba su incertidumbre. "Él no lo sabe. Se lo está diciendo el compañero del VAR, pero ese compañero, que es holandés, no tiene certeza de cuál de los contactos para el árbitro es el que provoca la caída". Según Lahoz, esto es precisamente para lo que fue creado el VAR: "La herramienta debe ser para el fútbol, no solo para el arbitraje".

¿Qué habría cambiado?

Si el penalti se hubiera mantenido, el Barça habría tenido una oportunidad de oro para adelantarse y poner el 3-2 en el marcador, lo que habría cambiado el rumbo de la eliminatoria. Con Lewandowski en el campo, las posibilidades de anotar desde los once metros eran elevadas.

El cambio de decisión no solo frustró al equipo y a la afición azulgrana, sino que también ha reabierto el eterno debate sobre la interpretación de las jugadas en el área y el papel del VAR.

Tras el partido, varios jugadores y el técnico Hansi Flick mostraron su desconcierto. "No entiendo cómo no se revisó bien esa jugada. Nos jugábamos una final de Champions", dijo Lewandowski. Por su parte, Joan Laporta anunció que el club pedirá explicaciones formales a la UEFA.

Lo más importante: Lahoz confirma que el penalti era claro

La valoración final de Mateu Lahoz fue contundente: el contacto que derribó a Lamine Yamal fue el segundo, ya dentro del área, por lo que el penalti debió mantenerse. La no revisión en el monitor por parte del árbitro principal y la falta de claridad del VAR dejaron al Barça sin una oportunidad que podría haber cambiado el destino de la eliminatoria.