El culebrón del verano ha llegado a su fin, y no del modo que esperaban los aficionados del FC Barcelona. Nico Williams, uno de los grandes objetivos del club azulgrana para reforzar el ataque, ha renovado oficialmente con el Athletic Club de Bilbao hasta 2035. Su nuevo contrato incluye una mejora sustancial de salario y un aumento significativo de su cláusula de rescisión.
Lo que parecía una operación avanzada, incluso con el visto bueno de ambas partes, ha terminado en una decepción sonada para Joan Laporta y su directiva. El Barça estaba dispuesto a hacer un esfuerzo económico importante, pero las condiciones cambiaron en el último momento.
La negociación parecía cerrada
Durante semanas, el nombre de Nico Williams ha estado en boca de todos. Desde el entorno del jugador se transmitía una voluntad clara de jugar en el Barça. Incluso aceptó que el club no pudiera ofrecerle garantías por escrito sobre su inscripción inmediata debido a las limitaciones del fair play financiero.
Todo apuntaba a una operación cerrada: el Barça se preparaba para pagar la cláusula de rescisión y el jugador, entusiasmado con la idea de compartir vestuario con Lamine Yamal y otros jóvenes talentos, parecía dar el sí.
El papel del representante, clave en el desenlace
Sin embargo, en los últimos días, la situación se complicó de forma inesperada. Félix Tainta, representante de Nico Williams, pidió incluir en el contrato una cláusula que le permitiera quedar libre en caso de que el Barça no pudiera inscribirlo. Esta condición, totalmente ajena a lo acordado, enfadó profundamente a la cúpula blaugrana.
José Álvarez, periodista de 'El Chiringuito', confirmó la ruptura: "El Barça no va a mover ni un dedo más por Nico Williams". Añadió que Laporta se sintió traicionado después de haber dado luz verde a la operación, a pesar de que inicialmente no era uno de los fichajes prioritarios del presidente.
El Athletic Club gana la batalla
Pero el cambio de rumbo ha sido total. En lugar de vestir de azulgrana, Nico Williams ha decidido seguir en Bilbao, donde ha sido recibido como un héroe. Su renovación hasta 2035 se ha presentado como un triunfo institucional del Athletic Club, que logra retener a una de sus máximas figuras en el mejor momento de su carrera.
El club vasco ha apostado fuerte: salario a la altura de los mejores de la plantilla y una cláusula de rescisión que supera con creces los 60 millones de euros. Para la afición rojiblanca, la continuidad de Nico es un motivo de orgullo.
El Barça se queda sin su extremo deseado
Para el FC Barcelona, la decisión supone un duro revés. Hansi Flick contaba con Nico Williams como un refuerzo clave para su esquema ofensivo, aportando velocidad, desborde y gol desde la banda izquierda. Su perfil encajaba perfectamente en el nuevo proyecto deportivo.
Ahora, el técnico alemán y Deco deberán buscar alternativas en el mercado, sabiendo que las opciones de calidad no abundan y que el tiempo apremia. El margen de maniobra se reduce con cada semana que pasa.
Sensación de haber sido utilizados
La sensación en el Camp Nou es de haber sido utilizados. Muchos comparan lo ocurrido con Nico Williams con lo que sucedió en su día con Kylian Mbappé y el Real Madrid. El jugador coqueteó con el Barça, generó ilusión en la afición, y acabó utilizando ese interés para conseguir una renovación en condiciones inmejorables.
Mientras en Bilbao celebran su continuidad como un símbolo de fidelidad al proyecto rojiblanco, en Barcelona ya miran hacia otros nombres. El mercado sigue abierto, pero el golpe anímico es evidente: uno de los jugadores más deseados de LaLiga no aterrizará en el Camp Nou.