El mercado estival avanza entre movimientos rápidos y negociaciones que se alargan demasiado. El Valencia está atrapado en una situación delicada, con limitaciones económicas que le impiden seguir reforzando su plantilla. El club che sabe que necesita vender antes de fichar.
Por otro lado, el Espanyol sigue buscando futbolistas que encajen en el perfil exigido por Manolo González. El técnico ha pedido refuerzos específicos para aumentar la competitividad. Los dirigentes blanquiazules se mueven con discreción pero no dejan pasar ninguna oportunidad.
El Valencia, obligado a vender para sobrevivir
El conjunto de Mestalla se encuentra condicionado por las reglas del ‘fair play’. La dirección deportiva sabe que, sin salidas, no hay entradas posibles. Esa realidad explica la presión creciente por colocar a varios futbolistas en el mercado.

En especial, las miradas se centran en dos nombres propios. Uno es Sergi Canós, futbolista que interesa en el extranjero. El otro es un mediocentro que ya estuvo vinculado al Espanyol hace un año. Su salida sería clave para cuadrar cuentas en Mestalla.
En Cornellà ven una oportunidad clara para reforzarse a bajo coste y aprovechar la necesidad ajena. La operación no es sencilla, pero cuenta con varios factores a favor. El primero es la voluntad del propio futbolista de salir. El segundo es la situación límite del Valencia, que necesita desprenderse de activos cuanto antes.

El nombre esperado: Hugo Guillamón
En este punto aparece el protagonista de la historia: Hugo Guillamón. El centrocampista donostiarra no cuenta para Corberán y busca un destino que le devuelva protagonismo. El Espanyol, junto con Levante y Elche, ha sondeado su incorporación inmediata.
Guillamón tiene contrato hasta 2026, pero no quiere seguir sin minutos. Desde su entorno reconocen que prefiere cambiar de aires en este mismo mercado. Cornellà le ofrecería continuidad y un proyecto en el que sería referente.
Un fichaje con doble impacto en el mercado
Para el Valencia, desprenderse de Guillamón supondría un alivio financiero imprescindible. Con su salida y la de Canós, el club podría cerrar varias llegadas. En Mestalla lo consideran prioritario, incluso aunque el precio final no sea elevado.
Para el Espanyol, en cambio, sería un golpe de efecto muy positivo. Incorporar a un internacional absoluto por España fortalecería el centro del campo. Además, enviaría un mensaje claro de ambición en plena reconstrucción deportiva.
El técnico perico no se esconde cuando habla de fichajes. Ha reiterado que el dinero debe estar en el césped y no en la caja. Sabe que la plantilla necesita experiencia y talento para competir sin sufrir. En su lista de prioridades siempre aparece un mediocentro organizador.
Una operación que puede cambiarlo todo
La negociación está en fase inicial, pero las conversaciones avanzan discretamente. El Espanyol espera que el jugador pueda rescindir parte de su contrato para abaratar el traspaso. El Valencia, mientras, confía en liberar espacio salarial cuanto antes.
Lo que parecía un simple rumor de verano puede acabar en fichaje. El tiempo corre y el mercado entra en sus semanas decisivas. La historia está abierta, pero una cosa está clara: el Espanyol, con Hugo Guillamón, podría acabar salvando los muebles del propio Valencia.