El mercado de fichajes sigue dando giros inesperados y, en esta ocasión, el protagonista vuelve a estar en el Camp Nou. El Chelsea, que hasta hace unas semanas había descartado reforzarse en una posición concreta, ha cambiado radicalmente de opinión.
El detonante ha sido la grave lesión de Levi Colwill, uno de los pilares defensivos de Enzo Maresca, que se perderá varios meses de competición y deja un hueco importante en la zaga ‘blue’. El conjunto londinense ya había cerrado recientemente la incorporación de Jorrel Hato procedente del Ajax, pero consideran que no es suficiente para afrontar con garantías la exigente temporada que les espera.
El Barça recibe la llamada de Londres
En este contexto, el Chelsea ha decidido reactivar una vieja carpeta: la de un defensa culé al que ya habían seguido en temporadas anteriores, pero sin llegar a presentar una oferta concreta. La directiva del Barça, encabezada por Joan Laporta, no tardó en transmitir a Deco que la cifra mínima para sentarse a negociar por su capitán es de 60 millones de euros.

Esta postura no es casual. Durante las primeras semanas del mercado, desde el club catalán habían sondeado posibles compradores para este jugador, conscientes de que su venta supondría una inyección económica importante para aliviar la delicada situación financiera de la entidad.
Entre los interesados de entonces figuraban equipos de la talla del Manchester United, Liverpool, Bayern de Múnich, Juventus o Inter, aunque ninguno dio el paso definitivo. El Chelsea también dijo “no” en ese momento, priorizando otros fichajes. Sin embargo, la lesión de Colwill ha cambiado el panorama.

Un objetivo claro para Maresca
Enzo Maresca no oculta su preocupación por la falta de efectivos fiables en defensa. Wesley Fofana arrastra un historial médico complicado, Trevoh Chalobah no termina de consolidarse y Benoît Badiashile sigue mostrando irregularidad. La llegada del defensa culé cubriría no solo una necesidad táctica, sino también una cuestión de liderazgo en el vestuario, algo que Colwill aportaba y que ahora se ha perdido.
Para el jugador en cuestión, la oferta también resulta atractiva. La Premier League supone un reto de máxima exigencia y el Chelsea estaría dispuesto a ofrecerle un salario muy superior al que percibe actualmente en el Barça. Además, tendría la oportunidad de vivir una nueva experiencia en un campeonato que seduce a cualquier futbolista.
El cambio de postura del Barça
El Barça, que hace apenas unas semanas veía con buenos ojos desprenderse de su capitán, ha modificado su planteamiento. La marcha de Íñigo Martínez al Al-Nassr ha dejado a Hans-Dieter Flick con menos recursos en la línea defensiva, y a solo una semana para el inicio de La Liga EA Sports, perder a otra pieza importante podría poner en riesgo la planificación de la temporada.
Aun así, la posibilidad de ingresar 60 millones sigue sobre la mesa. En una economía como la del club, cada operación de esta magnitud debe ser valorada cuidadosamente. Deco y Laporta no descartan abrir conversaciones si el Chelsea presenta una oferta formal en los próximos días.
Un futuro incierto
La Premier ofrece al jugador un escaparate de primer nivel, pero en el Camp Nou todavía se le considera un activo valioso, incluso aunque Flick haya demostrado preferencia por otros nombres como Eric García, Andreas Christensen o Pau Cubarsí.
El desenlace de este culebrón dependerá de la rapidez y determinación con la que el Chelsea actúe. Si el club inglés mueve ficha, el Barça deberá decidir entre reforzar su músculo financiero o mantener la estabilidad en su plantilla. El dilema está servido, y el nombre del capitán que ha despertado de nuevo el interés del Chelsea es Ronald Araújo.