Mendizorroza ha vivido semanas de mercado agitadas, pero el proyecto mantiene continuidad y equilibrio. El Alavés ha arrancado con buen pulso competitivo y una idea clara desde el banquillo. Eduardo “Chacho” Coudet consolidó su puesto tras renovar hasta 2026, reforzando un plan donde la zona ancha condiciona al resto.
En ese engranaje, Antonio Blanco se ha asentado como pivote organizador. Firmó por cuatro temporadas en 2023, con contrato vigente hasta 2027. El cordobés, de 25 años, alcanzó experiencia de elite temprano y suma una internacionalidad absoluta con España.
Debutó en el peculiar 4-0 ante Lituania de 2021, encuentro que la FIFA computó para la absoluta, certificado por actas y crónicas oficiales. Ese bagaje respalda su lectura de juego y templanza en escenarios de máxima exigencia.

Arranque 25/26: tres jornadas, 269 minutos y un valor que resiste
El Alavés suma cuatro puntos tras tres jornadas: victoria frente al Levante, derrota por la mínima en Sevilla ante el Betis y empate con el Atlético en Vitoria. La secuencia refleja un equipo competitivo que ya ha medido su nivel ante rivales de perfiles distintos. Blanco ha participado en las tres fechas y acumula 269 minutos, indicador de su peso inmediato en el once. Su valor de mercado permanece en 10 millones desde la última actualización de junio.
Lo que dijo del mercado y su futuro inmediato
Superado el cierre, el mediocentro explicó cómo vivió las últimas semanas de rumores y posibles ofertas. “Estoy donde quiero estar”, expresó, subrayando que su cabeza estuvo centrada en el vestuario y en no descolocar al equipo durante el inicio liguero. El club difundió el mensaje en plena pausa por selecciones, y la prensa local explica que no contempló “dejar tirado” al Alavés en el mercado.
El discurso encaja con su rol en el modelo de Coudet, orientado a un bloque medio que aprieta tras pérdida y necesita un pivote fiable. Blanco equilibra al doble mediocentro, protege las espaldas de los interiores y activa a los laterales con cambios de orientación precisos. Con y sin balón, su radio de acción reduce metros a los centrales y ordena las salidas bajo presión. Así, el equipo gana continuidad y evita intercambios de golpes que no favorecen su plan.

Septiembre marca el tono: San Mamés y dos duelos directos de tablero
El regreso tras el parón exige atención inmediata a los detalles. El Alavés visita a un Athletic intenso en San Mamés el 13 de septiembre. Por otro lado, recibe al Sevilla una semana después y encadena desplazamiento exigente a Getafe el día 24. Son escenarios que medirán la sostenibilidad del plan y el margen de crecimiento del equipo. Mantener alta la ocupación de carriles interiores y el control del rebote defensivo será clave para puntuar.
Si la sala de máquinas mantiene el nivel exhibido en agosto, el Alavés puede estabilizarse pronto en la zona media. La continuidad de Blanco como metrónomo y su lectura para acelerar o frenar posesiones representan una ventaja estratégica en partidos cerrados. La temporada es larga, pero el suelo competitivo ya está trazado.