Evolución en el Pantano de Sau

Última hora sobre los embalses catalanes: Así reciben a la segunda ola de calor

La cuenca interna catalana se prepara para ceder capacidad por el calor tras dos episodios de lluvias

Catalunya afronta desde este fin de semana la segunda gran ola de calor del verano, un episodio que se prevé que se alargue durante buena parte de la próxima semana y que afectará a toda la Península. Las altas temperaturas traerán consigo un aumento del consumo de agua y una evaporación más intensa en los embalses, poniendo a prueba la resiliencia hídrica justo en el tramo central de agosto. Sin embargo, la situación actual de los embalses de la cuenca interna catalana invita al optimismo y permite afrontar el reto con tranquilidad y sin grandes preocupaciones.

Los datos de hoy confirman que  la capacidad total de las cuencas internas se sitúa en un sólido 76,95 %, un valor que sigue siendo excepcional para estas fechas y que marca un contraste absoluto respecto a los veranos anteriores. Aunque en las últimas jornadas se ha registrado una bajada suave —con una pérdida diaria de apenas -0,14 puntos y un descenso semanal acumulado del -0,62 %—, la reserva hídrica actual es más que suficiente para hacer frente al estrés térmico y al repunte de la demanda previsto para los próximos días.

Pantanos clave como La Baells (89,98 %), Sant Ponç (88,96 %), La Llosa del Cavall (84,16 %) y Susqueda (82,01 %) siguen en niveles elevados, mostrando una extraordinaria resistencia incluso cuando el calor aprieta. Sau, con un 64,63 %, y Foix, que tras su vaciado y llenado recientes se mantiene por encima del 99 %, confirman la solidez general del sistema. Por contra, Riudecanyes (37,78 %) y Siurana (24,25 %) siguen en una situación delicada y exigen una vigilancia especial, aunque su impacto en el balance global es limitado por su menor volumen.

Pantano de Foix
Pantano de Foix | Wikipedia

Las lluvias, fundamentales

La clave para esta solidez hídrica reside en la acumulación de reservas durante la primavera y principios de verano, junto a una gestión proactiva que ha permitido maximizar el efecto de las lluvias y anticipar la respuesta a los episodios extremos. Gracias a esta estrategia, los embalses catalanes encaran la ola de calor con una capacidad que hace apenas un año parecía inalcanzable en pleno agosto.

El mensaje de hoy es claro: Catalunya recibe la segunda ola de calor del verano con los deberes hechos en materia de agua embalsada. Salvo las excepciones ya conocidas de Riudecanyes y Siurana, el resto del sistema puede permitirse afrontar unos días de intenso calor con la confianza de quien dispone de margen de sobra. La vigilancia y el consumo responsable siguen siendo imprescindibles, pero la tranquilidad hídrica es, hoy por hoy, la norma y no la excepción en los embalses catalanes.