La líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha vuelto a poner el foco en una cuestión que, según ella, demasiadas autoridades eclesiásticas prefieren evitar: la persecución de cristianos en África a manos del islamismo y los ataques contra iglesias y sinagogas en Europa cometidos por musulmanes radicalizados.
Su tuit de este martes, en el que interpela directamente al arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, llega como respuesta a las declaraciones del prelado, quien recientemente reprendió a Vox asegurando que “un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano” y defendiendo la acogida de inmigrantes.
Orriols no cuestiona la caridad cristiana ni el deber de acoger a quien lo necesita, pero denuncia lo que considera una hipocresía y una ceguera voluntaria por parte de algunos jerarcas de la Iglesia.

“¿El arzobispo de Tarragona ya se ha pronunciado sobre las matanzas de cristianos en África? ¿Y sobre la quema de iglesias y sinagogas en Europa por parte de musulmanes? A ver si para ser buen cristiano ahora tendrás que ser proislam…”, escribió la alcaldesa de Ripoll.
Un contexto de creciente violencia contra cristianos
Las palabras de Orriols llegan en un momento en el que las cifras de la persecución religiosa contra cristianos son alarmantes. Informes internacionales, como los de Open Doors, registran cada año miles de asesinatos, secuestros y ataques en países como Nigeria, República Centroafricana, Somalia o Mozambique, donde grupos yihadistas operan con una violencia extrema.

En Europa, aunque en un contexto muy distinto, se han documentado episodios de ataques contra templos cristianos y sinagogas, muchos de ellos atribuidos a individuos radicalizados. Estos hechos han generado preocupación entre las comunidades religiosas, pero rara vez reciben el mismo altavoz mediático o la misma condena institucional que otros casos de intolerancia.
Orriols denuncia precisamente esa asimetría: la Iglesia, afirma, debería mostrar la misma firmeza en condenar la islamofobia que en denunciar la cristianofobia. “El silencio ante estos hechos no solo es injustificable, sino que transmite un mensaje de abandono a las víctimas”, sostienen fuentes cercanas a la líder de Aliança Catalana.
Choque con el discurso oficial del arzobispo
Joan Planellas, presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, se pronunció esta semana contra la postura de Vox en el caso de Jumilla (Murcia), donde PP y Vox votaron en contra de que la comunidad musulmana usara una instalación deportiva municipal para una festividad religiosa.
Para Planellas, esa decisión vulnera la libertad de culto y contradice la doctrina de la Iglesia, que pide acoger y tratar dignamente a los migrantes. En sus declaraciones, el arzobispo señaló que “un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano” y animó a Santiago Abascal a repasar el Concilio Vaticano II.
Orriols, sin embargo, reprocha que ese mismo celo no se vea cuando los atacantes son musulmanes radicales y las víctimas son cristianos. Su mensaje no cuestiona la libertad religiosa, sino la parcialidad en la reacción y la ausencia de condenas públicas hacia una violencia que, afirma, también merece ser denunciada con contundencia.
Una voz incómoda para el establishment político y eclesiástico
No es la primera vez que la alcaldesa de Ripoll confronta discursos oficiales que, a su juicio, omiten datos incómodos. Orriols ha hecho de la seguridad, la inmigración y la defensa de la identidad cultural y religiosa de Catalunya e incluso de Europa, ejes centrales de su mensaje político.
En un escenario de polarización creciente, el cruce de declaraciones entre Planellas y Orriols refleja un debate más profundo: ¿puede la Iglesia mantener su misión universal de acogida sin ignorar la realidad de la persecución que sufren millones de cristianos en el mundo?
Para Sílvia Orriols, la respuesta es clara: sí se puede, pero requiere valentía para llamar a las cosas por su nombre y no aplicar un doble rasero. “Ser buen cristiano no significa cerrar los ojos ante la injusticia”, concluye.