La segunda mitad de agosto está marcada por movimientos intensos en la atmósfera que no solo afectan al Atlántico. Las previsiones señalan cambios relevantes que podrían modificar la dinámica del tiempo en Europa. El huracán Erin, ahora en pleno desarrollo, ha llamado la atención de muchos meteorólogos.
Aunque no se cree que pueda impactar de forma directa en España, su evolución influye en el patrón meteorológico del continente. Los modelos muestran que la interacción con la corriente en chorro puede abrir diferentes escenarios. La incertidumbre obliga a seguir muy de cerca cada actualización.

Erin avanza con fuerza en el Atlántico
El huracán Erin ha ganado potencia en las últimas horas y mantiene su rumbo hacia el noreste. No tocará tierra en la costa este de Estados Unidos, aunque sus efectos ya se sienten. El gran tamaño del sistema provoca fuertes vientos y una marea ciclónica en zonas del litoral atlántico.
En Bermuda tampoco habrá un impacto directo, pero la cercanía de Erin dejará oleaje significativo. Los servicios meteorológicos locales insisten en extremar precauciones en áreas costeras. El sistema continúa desplazándose al este, alejándose poco a poco de las principales poblaciones.
Los meteorólogos recuerdan que la magnitud de Erin hace que su radio de influencia sea amplio. Incluso sin tocar tierra, sus bandas exteriores pueden alterar la estabilidad atmosférica. Por eso, la vigilancia en el Atlántico Norte se mantiene activa en las próximas jornadas.
Los efectos no implican más calor en España
Los expertos explican que la interacción de Erin con la corriente en chorro "no tiene por qué derivar" en otro episodio de calor en España. Uno de los escenarios posibles es que el ciclón ayude a profundizar una vaguada. Con el refuerzo de la cuña de Azores, podrían abrirse paso frentes atlánticos.
De confirmarse, esto facilitaría la entrada de masas de aire más frescas y húmedas. El cambio sería evidente en España, donde las temperaturas se moderarían. Tras un verano marcado por episodios extremos, con temperaturas sobre los 40 °C, supondría un alivio para millones de personas.

Los modelos a medio plazo apuntan a que este giro en la atmósfera se notará antes de que acabe agosto. Aun así, la previsión se mantiene abierta y puede variar con cada actualización. Los meteorólogos señalan que la situación es dinámica y debe observarse, porque la evolución de Erin y su interacción con el jet stream serán clave.