España despide por fin una etapa marcada por temperaturas extremas. Tras 16 días sofocantes, concluyó ayer la tercera ola de calor más larga desde 1975. Con ella también quedaron registros históricos muy por encima de lo normal para esta época del año.
El desplome térmico ya se nota en gran parte de la península. Los mapas meteorológicos muestran anomalías negativas de hasta 10 grados. La situación se presenta como un cambio radical que suaviza el ambiente y rompe con los excesos de días anteriores.

El centro y el norte bajan más grados
El descenso comenzó en el oeste y el norte, aunque el sureste aún sufrió temperaturas extremas, como los 45 °C en Murcia u Orihuela. Ahora la caída del mercurio se ha extendido a casi toda España. No se trata de frío, pero sí de un ambiente más llevadero y menos extremo.
Las anomalías más intensas se concentran en Castilla y León y el Sistema Central. En Segovia se esperan máximas de 25 °C, es decir, 8 grados menos de lo normal. Burgos no pasará de los 22 °C, lo que supone un desplome de hasta 9 grados frente al promedio de agosto.
Otras regiones también notarán con fuerza el cambio. Los meteorólogos señalan que tras los 40 °C de la ola de calor, ahora muchas ciudades quedarán hasta 10 grados menos de la media. El contraste es tan evidente que los meteorólogos hablan de un respiro histórico para este verano.

España: el norte fresco y el sur más moderado
En el norte, ciudades como Santander, Vitoria o San Sebastián apenas alcanzarán los 22 o 23 °C. También en el Pirineo navarro, interior del País Vasco y noreste de Cataluña se esperan anomalías negativas. Estas áreas vivirán un ambiente fresco poco habitual en pleno agosto.
El sur mantendrá temperaturas elevadas, aunque lejos de los excesos recientes. Córdoba y Murcia llegarán a 36 °C, valores normales para la segunda mitad del verano. En el golfo de Cádiz, Baleares y zonas del sureste todavía se registrarán cifras altas, pero sin superar los 40 °C.

Tormentas y nubes refuerzan el cambio
El alivio no llega solo por la bajada térmica. La aproximación de embolsamientos de aire frío está favoreciendo tormentas intensas en varias comunidades. La AEMET mantiene avisos naranjas por lluvias muy fuertes en distintas provincias.
La nubosidad también ayuda a que los termómetros no repunten. El Mediterráneo cálido y la convergencia de vientos alimentan esta inestabilidad. Ante el riesgo de inundaciones súbitas, se recomienda atender los avisos oficiales y seguir la previsión meteorológica.