Con la llegada inminente del calor, la atención vuelve a centrarse en el estado de los embalses en Catalunya. La época más seca del año se acerca, y tradicionalmente estos meses suponen un reto significativo para la gestión hídrica, especialmente en años con déficit de precipitaciones. Este año, sin embargo, la situación actual de los embalses proporciona una tranquilidad absoluta a la población y autoridades, gracias a las excelentes cifras registradas recientemente.
Actualmente, según los datos más recientes facilitados por la Agència Catalana de l'Aigua correspondientes al 25 de mayo de 2025, los embalses catalanes están al 80,27% de su capacidad total. Estos datos son especialmente tranquilizadores al compararse con los del año pasado, cuando en estas mismas fechas las reservas apenas superaban el 28%, generando una situación crítica que obligó a tomar medidas estrictas de ahorro y restricciones en el uso del agua.
La previsión de los meteorólogos para los próximos días apunta a que el calor podría asentarse definitivamente en la región. Normalmente, estas condiciones aumentan considerablemente la demanda de agua para consumo humano y agrícola, así como para el mantenimiento de los ecosistemas naturales. Gracias al alto nivel de reservas actuales, se espera que las autoridades puedan gestionar la demanda sin tener que recurrir a las medidas excepcionales que sí fueron necesarias en 2024.

Datos casi calcados
En cuanto a los datos específicos, los embalses mantienen prácticamente la misma capacidad que en la jornada de ayer, lo que evidencia una estabilidad positiva y continua. Embalses clave como Susqueda y La Baells permanecen en niveles muy elevados, alrededor del 88% y el 97%, respectivamente. Estos dos grandes reservorios son fundamentales para garantizar el suministro a amplias áreas urbanas y rurales, aportando una dosis extra de tranquilidad.
Sin embargo, hay una excepción clara en esta tendencia general positiva: el embalse de Riudecanyes, que permanece estancado en el 61,17% desde hace varios días. Este embalse, aunque pequeño, es crucial para el abastecimiento agrícola en la comarca del Baix Camp, y este estancamiento genera cierta preocupación local. Las autoridades siguen monitorizando estrechamente su situación para garantizar que no se convierta en un problema durante los meses más calurosos del verano.
A pesar del caso puntual de Riudecanyes, la valoración general sigue siendo altamente positiva. El contraste respecto al año pasado es muy significativo y permite una gestión hídrica mucho más relajada y flexible en previsión de los próximos meses. Catalunya encara así el periodo más cálido del año con optimismo y sin la presión extrema vivida en la última campaña estival.