En el primer trimestre de 2025, Cataluña ha experimentado un preocupante aumento del 46% en las muertes por accidentes de tráfico en comparación con el mismo período del año anterior, registrando 41 fallecidos frente a los 28 de 2024. Este incremento ha llevado al Servei Català de Trànsit (SCT) a implementar nuevas medidas para combatir la siniestralidad en las carreteras catalanas.
Entre enero y marzo de 2025, se contabilizaron 41 víctimas mortales en las carreteras catalanas, frente a las 28 del mismo período en 2024. Este aumento se ha visto reflejado especialmente en las provincias de Barcelona y Tarragona, que juntas acumulan el 85% de las muertes registradas. Además, se ha observado un incremento significativo en las víctimas pertenecientes a colectivos vulnerables, como motoristas, peatones y ciclistas, que representan casi la mitad del total de fallecidos.
La estrategia del SCT: nuevos radares de remolque
Ante esta situación, el SCT ha decidido adquirir seis nuevos radares de remolque, también conocidos como "carros radar", con una inversión de 2,1 millones de euros. Estos dispositivos se sumarán a los cuatro ya existentes, formando una flota de diez unidades destinadas a controlar la velocidad en tramos con alta concentración de accidentes.
Los radares de remolque presentan varias ventajas
- Movilidad y autonomía: pueden ser trasladados fácilmente y no requieren conexión eléctrica, lo que permite su instalación en puntos sin infraestructura previa.
- Tecnología avanzada: utilizan tecnología láser para detectar excesos de velocidad en varios carriles y realizar un seguimiento dinámico de los vehículos.
- Gestión eficiente: están conectados a internet, lo que facilita la gestión inmediata de las infracciones sin necesidad de presencia policial.
- Según el SCT, la instalación de estos dispositivos ha contribuido a reducir la siniestralidad entre un 65% y un 80% en los tramos donde se han implementado.
Un enfoque integral para mejorar la seguridad vial
La incorporación de estos nuevos radares forma parte de una estrategia más amplia del Govern de Catalunya para mejorar la seguridad en las carreteras. Además de la adquisición de los "carros radar", se contempla una inversión de 660 millones de euros hasta 2030 para modernizar la red viaria, incluyendo la implementación de carriles adicionales y bandas rugosas en tramos peligrosos.
Estas medidas buscan no solo reducir la velocidad en puntos críticos, sino también fomentar una conducción más segura y consciente entre los usuarios de las vías. La combinación de tecnología avanzada y mejoras en la infraestructura vial representa un paso significativo hacia la disminución de la siniestralidad en Cataluña.