El pantano de Riudecanyes ha roto hoy la dinámica positiva que mantenía desde hace días gracias al trasvase desde Siurana. Tras varias jornadas con subidas muy destacadas, este martes ha registrado una bajada de casi medio punto y se queda en un 46,41 %. Es una corrección lógica después de un crecimiento tan rápido, y devuelve al embalse del Baix Camp a una senda más estable. Eso sí, sigue en niveles mucho mejores que los de principios de verano.
La fotografía global muestra que la cuenca interna catalana se sitúa en un 74,30 %, con un descenso diario de apenas -0,19 %. Todos los embalses han perdido algunas décimas, en un comportamiento homogéneo que confirma la estabilidad del sistema incluso en agosto. Foix es uno de los que más retrocede, con tres décimas menos, aunque permanece en cifras altísimas: 91,27 %. También bajan ligeramente Darnius Boadella, 62,24 %, y Sau, que se mantiene en el 61,58 %, confirmando que los embalses medianos son los más sensibles a la evaporación.
Los grandes referentes vuelven a mostrar fortaleza. Susqueda apenas pierde una décima y continúa en el 79,62 %, consolidado como el embalse más estable del verano. La Baells retrocede dos décimas, pero sigue cerca del 88 %, mientras que La Llosa del Cavall confirma su resistencia con una bajada testimonial y se mantiene en el 83,65 %. Sant Ponç cede unas décimas y se queda en el 87,84 %, también en cifras muy altas para agosto.

En el Priorat, Siurana pierde una centésima y se queda en el 15,81 %, manteniendo su delicada situación tras semanas de descensos. Este embalse sigue siendo el gran punto débil del sistema, con reservas insuficientes para encarar un final de verano sin preocupación.
Se vienen lluvias
El contexto meteorológico puede marcar cambios en los próximos días. Hoy ya se han registrado lluvias en varias comarcas catalanas y mañana se esperan más precipitaciones en diferentes zonas del país. Estos episodios podrían alterar ligeramente la evolución de los embalses, bien frenando las pérdidas diarias o incluso provocando subidas puntuales en algunos pantanos. La atención estará puesta en cómo responden los embalses más vulnerables y en si el sistema en su conjunto logra aprovechar el agua caída.
El balance general sigue siendo positivo. Catalunya mantiene niveles muy por encima de los veranos anteriores, cuando el fantasma de la sequía dominaba cualquier análisis. Hoy el mensaje es diferente: incluso con pérdidas diarias, los embalses resisten con estabilidad y ofrecen un margen amplio de seguridad.