Una jornada que comenzó con aparente normalidad se ha visto alterada por un grave incidente químico en una instalación ganadera. Los riesgos asociados al trabajo con sustancias peligrosas han vuelto a quedar en evidencia después de un suceso que ha movilizado a numerosos efectivos de emergencias y ha generado preocupación entre los expertos en seguridad laboral y medioambiental.
La mañana de este martes 1 de julio ha estado marcada por un incidente de especial gravedad en una explotación porcina de Seròs, en la comarca del Segrià. Según han confirmado los Bombers de la Generalitat y el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), el suceso se ha producido en el transcurso de una prueba piloto destinada a modificar la acidez de una balsa de purines, una operación frecuente en el sector pero que exige estrictos protocolos de seguridad.
Todo comenzó poco antes de las ocho de la mañana, cuando un camión cisterna procedió a verter ácido sulfúrico en la balsa. Este procedimiento, habitual para tratar los residuos ganaderos y reducir el impacto ambiental de las emisiones, generó esta vez una reacción adversa inesperada. El contacto entre los purines y el ácido provocó la formación de ácido sulfhídrico, un gas altamente tóxico y peligroso incluso en bajas concentraciones. La inhalación de este gas puede causar graves problemas respiratorios e incluso la muerte, lo que explica la rápida intervención de los equipos de emergencia.

Dos trabajadores trasladados graves al hospital
En el momento del incidente, en la granja se encontraban tres personas, pero fueron dos de ellas, los operarios encargados de manipular el camión cisterna, quienes sufrieron las peores consecuencias. Ambos fueron atendidos rápidamente por el SEM y trasladados en estado grave al Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Su estado, según fuentes médicas, es preocupante debido a la inhalación de los gases tóxicos.
Al lugar del suceso acudieron hasta cinco dotaciones de los Bombers de la Generalitat, que establecieron una zona segura, procedieron a realizar ventilación forzada en las inmediaciones del camión y cerraron todas las válvulas para evitar nuevas emisiones de gases peligrosos. El Grupo de Riesgos Tecnológicos (GRIT) supervisó en todo momento las maniobras para garantizar la seguridad de los intervinientes y de la instalación.
Una vez controlada la reacción química, los bomberos realizaron diversas lecturas ambientales para asegurarse de que no persistía el riesgo de acumulación de gases tóxicos. Solo cuando los detectores confirmaron la ausencia de ácido sulfhídrico, se procedió a la retirada de los equipos de emergencia. El operativo movilizó un total de cinco dotaciones de bomberos y dos unidades terrestres del SEM, reflejando la magnitud y gravedad potencial del incidente.
El incidente también motivó la intervención de la Inspección de Trabajo, que se desplazó a la granja para abrir una investigación sobre las causas y circunstancias del suceso, así como para valorar la adopción de nuevas medidas de prevención en futuras operaciones similares.