La tarde está siendo especialmente complicada en las carreteras catalanas debido a dos accidentes que, por coincidencia o casualidad, han involucrado exactamente el mismo tipo de vehículos: camiones y turismos. Los conductores que circulaban por estas zonas han visto sus planes alterados, mientras los servicios de emergencias trabajaban con rapidez para restablecer la normalidad.
Accidente grave en la AP-7
El primero de los incidentes ha tenido lugar en la autopista AP-7, una vía de vital importancia que conecta numerosas ciudades y regiones. Ha ocurrido específicamente a la altura de Camarles. Según información proporcionada por el servicio de Trànsit, el accidente ha sido de tal magnitud que ha sido necesario activar un helicóptero del SEM (Servei d'Emergències Mèdiques).
Inicialmente, la AP-7 había quedado completamente cortada en dirección a Barcelona en ese tramo, generando importantes retenciones y un colapso total de la circulación. La gravedad del impacto y la presencia del camión han complicado especialmente la situación, dejando atrapados a numerosos vehículos en un atasco considerable. Tras varias horas de intensos trabajos por parte de los equipos de emergencias, finalmente se ha logrado reabrir parcialmente la circulación, habilitando solo uno de los carriles en dirección Barcelona. Sin embargo, esto no ha evitado que la congestión alcance ahora mismo hasta tres kilómetros de cola.

Choque frontal en la C-31
El segundo suceso, ocurrido poco después del primero, ha tenido lugar en una carretera distinta pero con una sorprendente similitud en la tipología de vehículos implicados. En la C-31, a la altura de Torroella de Fluvià, en la comarca del Alt Empordà, se ha producido un choque frontal entre otro camión y un turismo. Este tipo de colisiones suelen ser especialmente peligrosas debido a la velocidad y a la dinámica del impacto.
En este caso, aunque la gravedad no parece haber alcanzado el nivel del accidente de la AP-7, las autoridades se han visto obligadas a establecer un paso alternativo. Esta medida, imprescindible para asegurar la seguridad vial mientras se retiran los vehículos dañados, ha provocado igualmente una congestión considerable, con hasta dos kilómetros de lentitud en ambos sentidos de la circulación.
Estos dos sucesos ponen de manifiesto la fragilidad de las infraestructuras viales frente a incidentes inesperados, especialmente cuando se involucran vehículos pesados como camiones. Además, destaca la importancia crítica de la rapidez y eficiencia en la respuesta de los servicios de emergencias, cuya labor permite restablecer la normalidad en el menor tiempo posible.
Situaciones como las ocurridas en Camarles y Torroella de Fluvià nos recuerdan la necesidad constante de conducir con precaución, respetar las normas viales y mantener siempre la máxima atención al volante. La seguridad vial es responsabilidad de todos, y sucesos como estos refuerzan la urgencia de tomar conciencia sobre la prevención y la prudencia en carretera.