En la noche del domingo, el viaje rutinario de decenas de pasajeros se vio interrumpido por un suceso que nadie esperaba. La tranquilidad habitual del trayecto, marcada por la velocidad y el silencio de los trenes de alta velocidad, se vio quebrada de repente.
Fue alrededor de las 22.45 horas cuando el tren Alvia 4909, que había partido desde la capital a primera hora de la noche, tuvo que detener su marcha de manera inesperada antes de alcanzar su destino. El convoy, que cubría la línea de alta velocidad entre Madrid y Salamanca, circulaba por uno de los tramos más protegidos y modernos del sistema ferroviario nacional. Sin embargo, ningún perímetro de seguridad ni la más avanzada tecnología pudieron evitar lo inevitable.
La primera información oficial llegó desde la operadora del tren, que comunicó a los pasajeros que la parada obedecía a un incidente en la vía. La confusión inicial, en la que se hablaba del arrollamiento de una persona, se disipó con el paso de los minutos cuando los servicios de emergencias confirmaron el fallecimiento de dos personas en el lugar de los hechos. Emergencias del 112 fueron los encargados de confirmar el peor de los desenlaces: ambas víctimas, que se encontraban en la vía por un punto no autorizado, habían perdido la vida al paso del tren.

Castellanos de Moriscos, escenario de la tragedia
El lugar del suceso no tardó en conocerse. El convoy se había detenido a la altura de Castellanos de Moriscos, a pocos kilómetros de su destino final en la estación de Salamanca. La zona, aunque protegida y perimetrada como corresponde a las líneas de alta velocidad, fue el escenario de un accidente cuyas causas todavía están bajo investigación.
Tanto la Guardia Civil como los equipos de Emergencias Sanitarias Sacyl se desplazaron rápidamente hasta el punto del siniestro, enviando una UVI móvil y desplegando un operativo para atender tanto a las víctimas como a los pasajeros afectados por la interrupción del servicio.
La operadora Renfe, en su comunicación a los viajeros, explicó que la detención del tren fue consecuencia de la invasión de la vía por parte de las víctimas, un comportamiento que en los últimos años se ha convertido en una causa preocupante de incidentes ferroviarios en todo el país. En este caso, la circulación fuera de los pasos habilitados resultó fatal, y la línea de alta velocidad volvió a ser testigo de un accidente con desenlace trágico.
Este grave suceso no es un hecho aislado en la línea de alta velocidad entre Madrid y Salamanca. Hace apenas unos meses, en marzo, otro incidente muy similar conmocionaba a los usuarios del ferrocarril: una joven perdía la vida al cruzar fuera de los pasos autorizados en el municipio de Gomecello, a escasos kilómetros del lugar de la tragedia ocurrida este domingo.
Aquel convoy permaneció detenido durante horas, y la noticia provocó una fuerte reacción en la opinión pública y entre los responsables de la seguridad ferroviaria, que reclamaban entonces nuevas medidas para prevenir este tipo de incidentes.