Un usuario de 53 años del sociosanitario Palamós Gente mayor murió este domingo a raíz de un incendio en su habitación. En un comunicado, los Servicios de Salud Integrados Baix Empordà (SSIBE) que gestionan el centro han explicado que el fuego se declaró por causas que se están investigando hacia las cuatro de la tarde. Las llamas afectaron una habitación de la primera planta del centro, a la unidad de larga estancia, y dejaron la víctima, un paciente dependiente, quemaduras graves. El SEM lo trasladó a la unidad de quemados del Valle de Hebrón, pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida y murió unas horas después.
Por otro lado, cuatro trabajadores del centro se vieron afectados por inhalación de humo y algunos de ellos sufrieron pequeñas quemaduras. Todos fueron atendidos en el hospital de Palamós y al cabo de unas horas recibieron el alta. En cuanto a las llamas, el personal del centro pudo extinguir el fuego con la ayuda de extintores y gracias a la rápida intervención el fuego no se extendió en otras áreas. Ante el incidente, se activó el plan de emergencia de incendio en el centro, alertando los Bomberos y cuerpos seguridad.
Además, se desalojaron los pacientes de la zona próxima y, una vez el espacio afectado estuvo asegurado por los Bomberos, los pacientes pudieron volver a sus habitaciones.
¿Cómo afecta el humo del fuego a nuestra salud?
El humo generado por un incendio tiene graves repercusiones en la salud humana debido a la gran cantidad de sustancias tóxicas que libera. Uno de los principales componentes es el monóxido de carbono (CO), un gas inodoro que puede desplazarse rápidamente en áreas cerradas y dificultar la absorción de oxígeno en la sangre, lo que puede generar mareos, desmayos e incluso la muerte en casos extremos de exposición prolongada.
Otro elemento peligroso es el dióxido de nitrógeno (NO2), que puede irritar las vías respiratorias, empeorar el asma y reducir la función pulmonar. Las partículas finas suspendidas en el aire son igualmente preocupantes. Estas partículas microscópicas pueden alojarse profundamente en los pulmones y provocar inflamación, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas y empeoramiento de condiciones preexistentes como bronquitis o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
A largo plazo, la exposición repetida al humo de incendios puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón y otras afecciones graves. Las personas más vulnerables, como los ancianos, los niños y quienes padecen problemas respiratorios crónicos, deben tomar precauciones adicionales para evitar inhalar humo durante incendios o en zonas afectadas por incendios forestales, como el uso de mascarillas y la permanencia en espacios interiores bien ventilados.