Las primeras luces del alba de este miércoles se han visto trágicamente interrumpidas por el ulular de las sirenas y el resplandor de las llamas. Un voraz incendio desatado en una vivienda ha teñido de luto la mañana, cobrándose la vida de una persona y sembrando la desolación en una comunidad de vecinos que despertó con la peor de las noticias.
El suceso, que movilizó un amplio dispositivo de emergencias, deja tras de sí el dolor de una pérdida irreparable y la investigación abierta para esclarecer el origen del fuego.
El aviso llegó a la centralita de emergencias a las 06:19 horas, una hora en la que la ciudad apenas comenzaba a desperezarse. La llamada alertaba de un fuego violento en un bloque de pisos que requirió una respuesta inmediata y contundente. La tragedia tuvo lugar en un tercer piso del passatge de la Castellassa, en el municipio de Terrassa (Vallès Occidental), un suceso que ha conmocionado a los residentes de la zona.
Un despliegue de emergencia en el corazón de Terrassa
La magnitud del incendio obligó a activar un notable operativo. Los Bombers de la Generalitat desplazaron al lugar cinco dotaciones, incluyendo tres camiones de agua, una autoescala esencial para trabajos en altura y un vehículo de coordinación y mando para gestionar la compleja situación.

A su llegada, los equipos de extinción se encontraron con un escenario desolador: el fuego estaba completamente desarrollado, con llamas que rompían por la fachada del edificio, amenazando con propagarse y evidenciando la virulencia del siniestro.
Mientras una parte del equipo atacaba las llamas desde el exterior para controlar su avance, otros bomberos se adentraban en el inmueble para acceder al foco del incendio. Fue en el interior de la vivienda siniestrada donde se toparon con la más cruda realidad: el cuerpo sin vida de una mujer de edad avanzada.
Paralelamente, el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) activó cinco de sus unidades para atender a posibles heridos. Afortunadamente, su intervención se limitó a asistir a dos vecinos que presentaban un cuadro leve de afectación, probablemente por inhalación de humo o crisis de ansiedad, y que no necesitaron ser trasladados a ningún centro hospitalario. Los Mossos d'Esquadra, por su parte, acudieron con cuatro patrullas para acordonar la zona, garantizar la seguridad y asumir las diligencias judiciales.
El hallazgo y la investigación en curso
Una vez sofocadas las llamas, el paisaje en el interior del piso era desolador. El fuego había calcinado por completo una de las habitaciones y el salón-comedor, mientras que el resto de la vivienda quedó gravemente afectada por la intensa temperatura alcanzada y la densa capa de humo que lo invadió todo.

La unidad de investigación de los Mossos d'Esquadra ha tomado las riendas del caso. Su labor ahora es crucial para determinar las causas que originaron el fatal incendio. Los agentes especializados en incendios estructurales peinarán los escombros en busca de pistas, analizando la instalación eléctrica, posibles aparatos calefactores o cualquier otro indicio que pueda arrojar luz sobre el origen de las llamas. Este tipo de investigaciones son meticulosas y pueden prolongarse durante días, ya que cada detalle es fundamental para reconstruir los hechos.
En el caso de incendios con víctimas mortales de edad avanzada, los protocolos de investigación suelen explorar diversas hipótesis, desde un desafortunado accidente doméstico, muy comunes en este perfil de víctima, hasta fallos en aparatos eléctricos o descuidos.
La seguridad del edificio y el confinamiento vecinal
La gestión de la emergencia no solo se centró en la vivienda afectada. La seguridad del resto de los residentes del bloque, un edificio de planta baja y cinco pisos, fue una prioridad absoluta para los equipos de emergencia. Siguiendo el protocolo de seguridad para estos casos, se ordenó el confinamiento de todos los vecinos en sus respectivos domicilios para evitar que el humo tóxico que se extendía por la escalera pudiera causar más intoxicaciones.
Una vez extinguido el fuego, los Bombers iniciaron las tareas de ventilación forzada de todo el inmueble, una labor indispensable para dispersar los gases nocivos y asegurar que el ambiente volvía a ser respirable. Posteriormente, realizaron una revisión exhaustiva del resto de pisos para comprobar que no existían daños estructurales ni personas afectadas, confirmando que la comunidad se encontraba en buen estado y fuera de peligro.