Un policía junto a un coche patrulla con un emoji de enojo superpuesto.

Sale a la luz el primer saqueo en Catalunya durante el apagón: Detenidos 2 marroquís

El saqueo ha sucedido en una localidad de la provincia de Girona

Cuando la electricidad se apaga, todo cambia. La oscuridad no solo afecta al día a día, sino que también altera los ritmos de una ciudad, sus calles y, sobre todo, sus peligros. La madrugada de este martes fue especialmente extraña en una localidad del Baix Empordà, donde el apagón masivo que afectó a España y Portugal convirtió las calles en un escenario propicio para lo inesperado.

Lo que había comenzado como una jornada de desconcierto, con linternas improvisadas y vecinos ayudándose mutuamente, terminó derivando en un episodio mucho más inquietante. La falta de alumbrado público, la ausencia de cámaras operativas y la fragilidad de los dispositivos electrónicos crearon un vacío perfecto… y algunos lo aprovecharon.

Refuerzo policial y sospechas entre sombras

Ante la falta de suministro eléctrico, muchas localidades optaron por redoblar la presencia de agentes en la vía pública. Así lo hizo Palafrugell, una localidad habitualmente tranquila que, sin embargo, experimentó una madrugada muy distinta a lo habitual. La Policía Local desplegó patrullas adicionales con el objetivo de prevenir actos delictivos, garantizar la seguridad y tranquilizar a los vecinos en medio de la incertidumbre.

Durante toda la noche, los agentes recorrieron los barrios más vulnerables. Y no tardaron en detectar movimientos sospechosos.

Mujer con expresión de tristeza sentada con los brazos sobre las rodillas y un lazo negro en el fondo urbano.
Mujer con expresión de tristeza sentada con los brazos sobre las rodillas y un lazo negro en el fondo urbano. | XCatalunya

Un golpe bajo la oscuridad: una oportunidad para los de siempre

Cerca de las cuatro de la madrugada, dos individuos aprovecharon el apagón total para colarse en un restaurante del barrio del Pi Verd. Sabían que el sistema de alarma no funcionaría y que la visibilidad era nula. Una vez dentro, sustrajeron la caja registradora y varios paquetes de tabaco.

Al salir del local, se toparon con una de las patrullas de refuerzo. Fue entonces cuando decidieron correr: uno logró escapar, fundiéndose con la oscuridad, mientras que el otro fue detenido en el acto. Lejos de detenerse, el que había huido siguió cometiendo robos. Reventó los cristales de al menos tres vehículos estacionados, sustrayendo objetos de valor como herramientas y una bolsa de deporte.

La Policía Local montó rápidamente un dispositivo de búsqueda. Poco después, lograron localizar al segundo ladrón, escondido entre los coches, aún con parte del botín en su poder. Ambos fueron trasladados a comisaría a la espera de pasar a disposición judicial.

La ciudad de Girona
Imagen de la ciudad de Girona | Canva

Lo que realmente ocurrió: un intento de saqueo durante el apagón

No fue un accidente, ni una situación de necesidad desesperada. Lo que sucedió esa madrugada fue un intento de saqueo premeditado. Dos ladrones multirreincidentes, con 11 y 18 antecedentes respectivamente, aprovecharon la situación crítica del apagón para actuar con total impunidad. Según ha podido saber ElCaso.com, se trata de dos hombres de nacionalidad marroquí, de 23 y 29 años, conocidos por la policía por múltiples delitos contra el patrimonio.

Lejos de actuar por desesperación, lo hicieron por cálculo: sabían que la oscuridad, la falta de alarmas y la desorientación general eran un terreno fértil para sus actos. Pero esta vez, la respuesta rápida de la policía lo impidió.

El apagón como espejo de nuestras debilidades

Este episodio evidencia una realidad incómoda: cuando el sistema falla, quedan al descubierto tanto lo mejor como lo peor de una sociedad. Mientras algunas personas, como ya vimos en el caso de Joana Alonso en Barcelona, ayudaban a sus vecinos subiéndolos a hombros hasta su casa, otros aprovechaban la oscuridad para robar.

La rápida actuación de la policía evitó males mayores en Palafrugell, pero lo ocurrido es una advertencia clara. Ante crisis inesperadas como la del apagón del lunes, es crucial no solo contar con infraestructuras energéticas sólidas, sino también con una respuesta social y policial bien coordinada. Porque, como ha quedado demostrado, la oscuridad puede ser más que una falta de luz: puede ser la puerta abierta al oportunismo más vil.