La tranquilidad de una mañana de fin de semana se ha visto violentamente interrumpida por el fuego y una densa columna de humo negro. Lo que comenzó como un incendio en la vía pública escaló rápidamente, convirtiendo la calle en un escenario de peligro y despertando a los vecinos con el sonido de las sirenas y el crepitar de las llamas.
Dos vehículos, pasto del fuego, generaron una situación de alto riesgo al extender las llamas verticalmente y amenazar la integridad de las viviendas cercanas, obligando a un rápido y contundente despliegue de los servicios de emergencia.
El suceso ha dejado una estampa desoladora y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los inmuebles ante incidentes que, aunque se originan en la calle, pueden tener consecuencias devastadoras para las estructuras y, sobre todo, para la seguridad de los residentes.

Un despertar entre llamas en Rubí
Los hechos tuvieron lugar en las primeras horas de este sábado, 9 de agosto de 2025. Alrededor de las 08:42 horas, el teléfono de emergencias 112 recibía el aviso de un grave incendio que se estaba produciendo en la calle Pau Claris del municipio de Rubí, en la provincia de Barcelona. Un camión y un turismo estacionados en la calzada estaban ardiendo de forma virulenta, generando una enorme carga térmica que no tardó en afectar a su entorno más inmediato.
Las llamas, que devoraron por completo ambos vehículos hasta dejarlos en un amasijo de hierros calcinados, se propagaron con una rapidez alarmante hacia las fachadas de los edificios contiguos. El intenso calor y el humo provocaron daños significativos en varios balcones de al menos dos bloques de pisos, tiñendo de negro las paredes y derritiendo persianas y otros elementos exteriores.
La escena, dantesca para los vecinos que se asomaban a sus ventanas, hizo temer que el fuego pudiera extenderse al interior de las viviendas.
La rápida intervención de los bomberos fue clave
Ante la gravedad de la situación, los Bombers de la Generalitat activaron un importante dispositivo, desplazando hasta el lugar un total de seis dotaciones. Su llegada fue crucial para controlar una situación que amenazaba con descontrolarse. Los efectivos iniciaron una carrera contrarreloj con un doble objetivo: por un lado, sofocar el virulento incendio de los vehículos y, por otro, evitar que las llamas penetraran en los edificios.
El fenómeno conocido como "efecto chimenea", por el cual el calor y el humo ascienden por las fachadas, representaba el mayor peligro. Por ello, una vez controladas las llamas en la calle, los bomberos procedieron a una minuciosa revisión de todos los pisos de los inmuebles afectados.
Esta labor, piso por piso, fue fundamental para descartar cualquier foco secundario en el interior y garantizar que ningún vecino hubiera sufrido daños por inhalación de humo. Afortunadamente, y gracias a esta exhaustiva inspección, se pudo confirmar que la afectación se limitó a las zonas exteriores de los edificios.

Consecuencias más allá de los vehículos
El balance final del suceso, según informaron los propios Bombers de la Generalitat a través de sus canales oficiales, es de dos vehículos completamente calcinados —el camión y un turismo— y otros tres turismos que sufrieron daños de diversa consideración por la radiación del calor. Además, los balcones de varias viviendas en dos edificios distintos presentan daños evidentes, lo que obligará a los propietarios a evaluar el alcance de las reparaciones.
Ahora, con el fuego extinguido y la zona enfriada, se abre paso a la investigación. Aunque los bomberos no determinan las causas en su informe inicial, el hecho de que dos vehículos ardieran de forma simultánea hace que las hipótesis apunten a un origen intencionado.
Serán los Mossos d'Esquadra quienes asuman la investigación para esclarecer si, como todo parece indicar, se trata de un acto vandálico. Para los vecinos de la calle Pau Claris, la resaca del suceso se traduce en el olor a quemado que impregna el ambiente, la visión de los esqueletos de los vehículos y la incertidumbre de un acto que ha alterado gravemente la convivencia y la sensación de seguridad en el barrio.