En medio del caos y la confusión provocados por el apagón eléctrico masivo que afectó a España y Portugal, surgieron historias conmovedoras de solidaridad y ayuda mutua. Una de las más emotivas ocurrió en una pequeña localidad catalana que se convirtió inesperadamente en refugio para cientos de viajeros.
Noche improvisada en El Albi
La tranquilidad habitual del pequeño pueblo de El Albi, situado a 40 kilómetros de Lleida y a más de 100 de Barcelona, se vio interrumpida de forma repentina cuando casi 600 pasajeros de un tren Avlo que cubría la ruta entre Madrid y Barcelona quedaron atrapados en las vías debido al apagón. Tras más de seis horas de espera dentro de los vagones, sin recibir información clara sobre lo que sucedía, los pasajeros tuvieron que caminar o ser asistidos por los propios vecinos del pueblo para llegar al polideportivo municipal.
Carolina Gili, periodista enviada por TV3 al lugar de los hechos, relató cómo los habitantes del municipio reaccionaron con rapidez y solidaridad ante la emergencia. La cooperativa local abrió sus puertas fuera de horario para proporcionar comida y bebida a los viajeros, mientras que el ayuntamiento acondicionó el pabellón deportivo con literas para que pudieran descansar durante la noche.

Solidaridad frente a la desinformación
Uno de los mayores problemas denunciados por los pasajeros fue la falta total de información oficial. Según la alcaldesa del pueblo, ningún organismo oficial, ni la Generalitat ni otros servicios de emergencia, habían proporcionado indicaciones claras en las primeras horas de la crisis. Esta falta de comunicación agravó la situación, obligando al municipio, que cuenta con solo unos 700 habitantes, a duplicar su población en cuestión de horas sin tener los recursos necesarios para ello.
De hecho, la demanda extraordinaria de agua provocada por la llegada masiva de personas hizo que los depósitos locales se vaciaran completamente. A pesar de esta adversidad, los vecinos siguieron colaborando activamente para garantizar que nadie se quedara sin atención básica.
Problemas continuados en la mañana siguiente
Aunque las autoridades prometieron enviar autobuses a primera hora del día siguiente, o sea hoy, para trasladar a los pasajeros hasta Barcelona, estos vehículos no llegaron a tiempo, generando una nueva ola de indignación entre los afectados. Algunos pasajeros, desesperados por llegar a sus destinos, decidieron llamar taxis desde Lleida y pagarlos de sus propios bolsillos.
Entre los afectados había casos especialmente urgentes: personas que debían tomar cruceros hacia el Pacífico, corredores que regresaban de la Maratón de Madrid con destino a Alsacia, turistas provenientes de Washington totalmente desconcertados por la situación e incluso alguien que debía asistir a un juicio en Barcelona.
El episodio vivido en El Albi durante el apagón es un testimonio claro de cómo la solidaridad ciudadana puede marcar la diferencia en situaciones de crisis. A pesar de la desorganización institucional y la falta de previsión oficial, los vecinos supieron reaccionar con rapidez, eficacia y una generosidad que ha sido reconocida y agradecida profundamente por todos los pasajeros.