La tranquilidad de una tarde de verano puede verse alterada en cuestión de minutos por el avance imprevisible del fuego, un enemigo silencioso que cada año pone en jaque la seguridad y el entorno natural de diferentes puntos del territorio. El riesgo de incendios forestales se multiplica durante los meses más cálidos y secos, una realidad que, una vez más, vuelve a cobrar protagonismo en pleno agosto, encendiendo las alarmas de los servicios de emergencia y de la población cercana.
En la jornada de hoy, 7 de agosto de 2025, los Bombers de la Generalitat han recibido una alerta poco después de las dos y media de la tarde que ha activado a sus equipos en tiempo récord. El aviso, recibido a las 14:34 horas a través del teléfono de emergencias 112, informaba de un incendio forestal en el término municipal de Alforja, en la comarca del Baix Camp. La zona afectada, conocida como les Barqueres, se caracteriza por su relieve accidentado y la presencia de viviendas dispersas en el entorno del bosque.
Según las primeras informaciones, el fuego ha comenzado a arder con baja intensidad, pero la proximidad de diversas edificaciones ha hecho saltar todas las alarmas. En pocos minutos, hasta doce dotaciones terrestres y un helicóptero bombardero se han desplazado al lugar para tratar de contener las llamas. Los equipos especializados del Grup de Recolzament d’Actuacions Forestals (GRAF) y de l’Equip de Prevenció Activa Forestal (EPAF) han trabajado coordinadamente para controlar el avance del incendio y evitar que se acerque a las zonas residenciales.

Intervención rápida y despliegue de recursos de emergencia
Las imágenes aéreas difundidas por los propios Bombers a través de sus canales oficiales muestran una columna de humo visible desde varios kilómetros de distancia, sobrevolando la zona forestal y descendiendo desde la parte alta del turó. Según fuentes oficiales, el incendio, aunque activo, se mantiene de momento alejado de los núcleos habitados gracias a la dirección del viento y a la rápida intervención de los servicios de extinción.
Por ahora, la superficie afectada es de aproximadamente dos mil metros cuadrados, una extensión considerable pero que, de momento, no pone en peligro inmediato a las viviendas.
El dispositivo desplegado incluye también la participación de un helicóptero bombardero, que realiza descargas de agua de manera constante sobre las zonas más complicadas de acceso por tierra. A pesar de la baja intensidad de las llamas, las altas temperaturas y la sequedad del terreno obligan a mantener la máxima alerta para evitar posibles rebrotes o la propagación incontrolada hacia áreas sensibles.
El episodio registrado hoy en Alforja no es un hecho aislado en un verano especialmente complejo para la prevención y lucha contra los incendios forestales en Catalunya. La combinación de altas temperaturas, falta de precipitaciones y acumulación de vegetación seca convierte este periodo en uno de los más delicados del año para los profesionales que velan por la seguridad del entorno natural.
Durante los últimos veranos, el número de intervenciones por parte de los Bombers de la Generalitat ha crecido notablemente, reflejo de la presión a la que están sometidos los bosques catalanes en este contexto de cambio climático y aumento del riesgo de incendios.
Las autoridades insisten en la importancia de extremar las precauciones, especialmente en zonas próximas a áreas residenciales o de uso agrícola, donde cualquier descuido puede desencadenar situaciones difíciles de controlar. El hecho de que el incendio de hoy no avance hacia las viviendas se debe tanto a la rapidez de la intervención como a las condiciones meteorológicas favorables en el momento inicial del suceso.