Esta madrugada, la tranquila zona de drassanes del moll de Llevant, en Vilanova i la Geltrú, se convirtió en el escenario de un incidente inusual. Dos embarcaciones que se encontraban sobre tierra firme acabaron completamente calcinadas tras desatarse un incendio de origen aún desconocido. El suceso, que se inició alrededor de las 00:41 horas, movilizó a cuatro dotaciones de los bomberos.
Quienes lograron sofocar las llamas y evitar que el fuego se propagara a un almacén adyacente. Según la información facilitada por Bombers de la Generalitat, los avisos se recibieron cuando varios transeúntes y trabajadores de la zona portuaria percibieron un intenso olor a plástico y humo. Seguido de una humareda cada vez más visible.
Al personarse en el lugar, los equipos de emergencias comprobaron que las dos barcas ardían con fuerza y que la proximidad a la nave aledaña podía poner en riesgo las instalaciones. Tanto por la presencia de materiales inflamables como por el valor de los bienes almacenados en su interior.
Una rápida actuación para evitar daños mayores
La labor de los bomberos resultó determinante para contener el incendio y extinguir los focos principales. Con el fin de aislar y confinar las llamas, se establecieron líneas de agua y se empleó espuma para atacar el fuego sobre las embarcaciones. Compuestas en buena medida de fibra de vidrio, plásticos y componentes metálicos.
Este tipo de materiales, al arder, suelen generar una humareda densa y tóxica. Lo que obligó a los efectivos a emplear equipos de respiración autónoma y a precintar temporalmente la zona para garantizar la seguridad de los viandantes.
Por fortuna, no se han reportado personas heridas ni han trascendido daños estructurales importantes más allá de la destrucción total de ambas embarcaciones. Los investigadores tratan de esclarecer las causas del suceso.
Entre las hipótesis que se barajan figura un posible cortocircuito, un descuido al manipular productos inflamables o, en el peor caso, un acto intencionado. Para determinarlo, será preciso analizar los restos de fibra de vidrio y cables quemados, así como las marcas de combustión en el pavimento y en los objetos de la zona.
Con el fuego totalmente sofocado, los bomberos realizaron tareas de ventilación en el área afectada y procedieron a recopilar datos para su informe final. Se prevé que en los próximos días se lleve a cabo una limpieza a fondo para retirar los restos de las barcas y también de cualquier elemento contaminante.
Mientras tanto, las autoridades del puerto han recordado la gran necesidad de extremar la precaución cuando se almacenan embarcaciones en tierra firme y se manipulan sustancias potencialmente peligrosas.
Este extraño incendio en el puerto de Vilanova i la Geltrú cierra la crónica de una noche agitada. Que, de no ser por la rápida intervención de las cuatro dotaciones de bomberos, pudo haber desembocado en una situación más grave. El suceso, si bien inusual, sirve como recordatorio de los riesgos inherentes al almacenamiento de embarcaciones y de la importancia de adoptar medidas de seguridad y prevención adecuadas en zonas portuarias.