La tarde del domingo transcurría sin grandes alteraciones en Ulldemolins, un tranquilo municipio del Priorat, cuando varios vecinos se percataron de algo poco habitual: como nos han contado desde el Diari de Tarragona y desde El Caso, en la céntrica calle de la Saltadora se había producido lo que parecía un derrumbe de una construcción. Al no observar daños en las viviendas colindantes, los residentes solo notaron el incidente al cabo de un rato, cuando notaron que una de las casas se había desplomado sin apenas hacer ruido aparente. La inquietud fue creciendo en la zona, sobre todo al comprobar que el propietario de la edificación no aparecía por ningún lado.
A medida que corrían las horas, se iba formando un ambiente de creciente incertidumbre. Los vecinos que conocían bien al dueño de la casa intentaron comunicarse con él, pero todas las llamadas y mensajes quedaron sin respuesta. Nadie tenía constancia de que hubiera salido del pueblo, y su vehículo permanecía aparcado en el mismo lugar de siempre. La pregunta que surgía en el barrio era inevitable: si su coche seguía allí y no respondía al teléfono, ¿podía haber quedado atrapado entre los escombros? Fue en ese punto cuando, alarmados por la posibilidad de una tragedia mayor, los residentes dieron la voz de alerta a los servicios de emergencia.
La llegada de los Mossos d’Esquadra, las ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) y varias dotaciones de los Bombers de la Generalitat disipó en parte el nerviosismo inicial. El dispositivo se activó rápidamente, cerrando la zona para evitar riesgos adicionales y evaluar la estructura colapsada. Los especialistas en rescate comenzaron a inspeccionar las ruinas de la casa derrumbada, retirando cuidadosamente los restos para descartar la presencia de víctimas en el interior. La faena no resultó sencilla, pues se desconocían las condiciones exactas de la vivienda antes de ceder, y cualquier movimiento de escombros podía comportar derrumbes añadidos. Así y todo, la labor de los bomberos se prolongó durante todo el día sin que se hallaran indicios de personas atrapadas en esa construcción.
Caso resuelto: Hallado en otra de sus viviendas
El desconcierto creció: ¿por qué el propietario no atendía las llamadas si, claramente, no se encontraba bajo los restos de la casa que se había venido abajo? La suma de incógnitas hizo que la búsqueda se ampliara a otros inmuebles de su propiedad en Ulldemolins.
Sería alrededor de las nueve de la noche cuando el misterio se resolvió de la peor forma posible. En una de esas otras casas que pertenecían al mismo vecino, su cuerpo apareció sin vida, poniendo fin a las hipótesis que se barajaban desde el primer momento en que no había contestado el teléfono. Según la información facilitada, en principio no se han observado signos externos de violencia, por lo que una de las principales líneas de investigación es que el fallecimiento obedezca a un accidente fortuito o a algún problema de salud súbito.
La conmoción en el pequeño municipio de Ulldemolins fue inmediata, ya que los residentes habían centrado su preocupación en los escombros de la vivienda derrumbada, temiendo que él estuviera atrapado en ese lugar. Al mismo tiempo, cuando supieron que no estaba allí, confiaban en encontrarlo sano y salvo. Por el momento se desconocen los motivos del fallecimiento, los revelará la autopsia, pero el cadáver no presenta síntomas de violencia.