La tranquilidad de la tarde en el área de la avenida d’Artesa de Lleida se vio bruscamente interrumpida cuando el incendio de un montón de sofás y alfombras, acumulados en un descampado, generó una humareda visible a varios kilómetros de distancia. Según informaron los Bombers de la Generalitat, el aviso se recibió en torno a las 14:43 h a través del teléfono de emergencias 112. A partir de ese momento, cuatro dotaciones se desplazaron de inmediato al lugar para sofocar las llamas que consumían con rapidez todos estos enseres abandonados.
El escenario al que llegaron los bomberos era de grandes proporciones, con columnas densas de humo y un fuerte olor a materiales en combustión, puesto que la quema de tapicerías y espumas de sofás puede producir un humo especialmente denso y tóxico. La amplitud del espacio en el que se hallaban los objetos —un solar de tierra con vegetación baja—, sumada a la rapidez con que ardían estos enseres, dificultó en un primer instante la labor de extinción. No obstante, los efectivos lograron rodear el fuego para evitar su propagación a los alrededores. Con el paso de los minutos, la situación quedó finalmente bajo control y, de acuerdo con el comunicado oficial, el incendio se dio por extinguido sin que se registraran heridos.
Una de las mayores preocupaciones en este tipo de fuegos es la posibilidad de que el viento —aunque en esta jornada no soplaba con fuerza— pudiera propagar brasas o chispas a zonas con maleza seca u otros materiales combustibles cercanos. Además, la quema de basura o enseres abandonados puede presentar un peligro extra: entre los objetos es posible encontrar bombonas de aerosol, plásticos o restos químicos que, al alcanzar altas temperaturas, liberan gases que no solo son contaminantes, sino que también presentan riesgo de explosión. Afortunadamente, nada de esto ocurrió en el suceso de la tarde, según los datos facilitados por los cuerpos de emergencia.
Incidente repetido
En cuanto a la causa del incendio, los Mossos d’Esquadra y los equipos de bomberos han abierto una investigación para averiguar quién se deshizo de los sofás y las alfombras de esa forma, y si la quema fue intencionada o fruto de un acto vandálico o negligente. Las autoridades locales, en coordinación con los servicios municipales de limpieza, ya habían advertido en otras ocasiones sobre la costumbre de algunos vecinos y usuarios de abandonar muebles y enseres voluminosos en solares o descampados, algo que no solo constituye un problema de salubridad y de imagen, sino que también acarrea riesgos medioambientales y de seguridad.
Este incidente sirve para poner de relieve la importancia de contar con un sistema adecuado de recogida de voluminosos que permita a los ciudadanos deshacerse de muebles viejos o enseres de grandes dimensiones de forma correcta. Muchos ayuntamientos, entre ellos el de Lleida, suelen organizar campañas de recogida gratuita de residuos voluminosos o ponen a disposición de la población puntos limpios, precisamente para evitar la acumulación de basura en zonas apartadas, donde se convierte en un potencial combustible para incendios inesperados.
Las redes sociales se han hecho eco rápidamente del suceso, compartiendo imágenes y vídeos en los que se aprecia el denso humo negro elevándose sobre la zona próxima a la avenida d’Artesa. Algunos testimonios afirman haber olido el humo desde varios barrios de la ciudad, una señal inequívoca de la magnitud de la quema. De hecho, se recuerda que la combustión de materiales como los usados en los sofás (espumas sintéticas, poliéster o tejidos ignífugos) produce elementos químicos contaminantes, por lo que es crucial alejar a la población de la zona y evitar respirarlos en la medida de lo posible.