La tensión acumulada en apenas unos minutos derivó en una escena límite, en la que la desesperación llevó a una persona a tomar una decisión extrema para salvar su vida. Lo que comenzó como un intercambio de palabras subidas de tono terminó con sirenas, un hospital y dos hombres bajo custodia policial.
Del enfrentamiento verbal a la persecución
Según ha informado el Diari de Girona, los hechos se produjeron la noche del viernes 8 de agosto, alrededor de las 22:30 horas, en el barrio de Can Gibert del Pla, en Girona. Tres hombres que se conocían previamente iniciaron una fuerte discusión en el interior de un bar. Las causas exactas del enfrentamiento todavía no se han aclarado, pero la tensión escaló hasta convertirse en una violenta pelea.
En un momento dado, uno de ellos decidió huir a la carrera. Mientras gritaba pidiendo ayuda a los transeúntes, los otros dos implicados subieron rápidamente a un vehículo y comenzaron a seguirlo con la clara intención de atropellarlo. La persecución los llevó por varias calles del barrio, hasta que la víctima alcanzó el carrer del Riu Güell. Allí, acorralado y sin otra salida, optó por lanzarse desde un puente al río Güell.

El salto y las graves lesiones
La caída fue brutal. El hombre sufrió varias costillas fracturadas y otras lesiones internas que obligaron a una rápida intervención del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM). Fue trasladado de inmediato al Hospital Josep Trueta de Girona, donde ingresó en estado grave, aunque su vida no corre peligro.
El coche de los agresores no llegó muy lejos: terminó impactando contra una valla y un árbol en la zona de la rotonda próxima al puente, provocando importantes daños materiales. El estruendo del accidente, sumado a los gritos de la víctima, atrajo la atención de vecinos y testigos, que rápidamente alertaron al 112.
La huida y la entrega voluntaria
La llegada de patrullas de la Policía Municipal, de los Mossos d’Esquadra y de los Bombers de la Generalitat activó un amplio dispositivo de seguridad. Sin embargo, los presuntos agresores abandonaron el lugar antes de ser interceptados.

Horas después, en un giro inesperado, ambos decidieron entregarse voluntariamente en la comisaría de los Mossos. Se trata de dos hombres de 42 y 47 años, con antecedentes policiales por diversos delitos. La policía autonómica los detuvo como presuntos autores de un delito de lesiones y otro de daños, quedando a disposición judicial.
Más allá de la gravedad de las lesiones y de las detenciones practicadas, el suceso ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la escalada de violencia en conflictos cotidianos. Lo que podría haberse resuelto con una mediación o una intervención policial temprana terminó con un herido grave y un despliegue de recursos de emergencia.