El silencio de un campo cercano a Cardedeu se rompió ayer cuando unos trabajadores de la compañía Aigües de Catalunya hicieron un macabro hallazgo. Según ha informado El Punt Avui, durante su jornada laboral, descubrieron el cuerpo sin vida de un hombre en una zona próxima al camino que conduce a la empresa. El hallazgo, producido a media mañana, disparó las alertas de los Mossos d’Esquadra, que acudieron al lugar.
El hombre hallado es Joan Martí Filba, vecino de Cardedeu de 76 años que llevaba desaparecido desde el pasado 30 de diciembre. Su familia había dado la voz de alarma esa misma noche, al ver que no regresaba a casa y no contestaba al teléfono. Desde entonces, el Ayuntamiento de Cardedeu y los cuerpos de seguridad habían lanzado numerosos avisos de búsqueda en un intento desesperado de localizarlo con vida.
La ropa coincidía con la descripción que se difundió en los avisos de desaparición: una chaqueta de chándal roja con rayas blancas en los brazos y un pantalón gris. El cadáver fue trasladado al Institut de Medecina Legal de Barcelona, donde se le practicará la autopsia. Los especialistas intentarán determinar las causas exactas de la muerte y confirmar oficialmente su identidad. Mientras tanto, la familia, los vecinos y las autoridades locales continúan conmocionados por el triste desenlace.
Conmoción en Cardedeu
Tal y como ha informado el medio anteriormente citado, Joan Martí era una persona muy conocida en Cardedeu. Se sabía que le gustaba caminar por zonas rurales y pasar horas sentado en un banco del centro, charlando con quien se acercara. Aquel 30 de diciembre, se le vio por última vez en el restaurante Guadiana 2, en la carretera de Dosrius, lugar en el que solía comer y donde, según testigos, se encontraba solo.
Ese día, permaneció en el local aproximadamente entre las doce del mediodía y las dos de la tarde. Con la batería de su móvil casi agotada, pidió a los responsables del restaurante que se la cargaran. Poco después, salió sin que nadie pudiera precisar con exactitud la dirección que tomó, aunque circulaban informaciones de que un amigo lo acompañó hasta su casa.
Sin embargo, parece que más tarde Joan regresó caminando a las inmediaciones del mismo polígono cercano al Guadiana 2, donde lo habrían visto ya de noche. En esa zona aparcan habitualmente camioneros que hacen noche en sus vehículos. El teléfono móvil de Joan, según la triangulación realizada por los Mossos, seguía activado en la misma área, lo que condujo a centrar allí las tareas de búsqueda.
El esfuerzo para encontrarlo se prolongó durante semanas. Tanto los equipos de emergencia como los vecinos voluntarios de Cardedeu participaron en numerosas batidas. Las búsquedas abarcaron el polígono, caminos rurales y puntos donde se creía posible su presencia, llegando a rastrear la zona donde finalmente ha aparecido el cuerpo.
Según las primeras informaciones, el punto en el que se halló el cadáver se encuentra entre la AP-7 y la C-35. Este lugar no está muy lejos del propio polígono ni del restaurante donde Joan Martí comió aquel día, antes de desaparecer. Sin embargo, el denso arbolado y el escaso tránsito por algunos caminos rurales pueden haber dificultado su localización.
Este caso ha golpeado de cerca a la comunidad de Cardedeu, que no había dejado de buscar a uno de sus vecinos más entrañables. Buena parte de los habitantes se volcaron en la difusión de carteles e informaciones sobre su desaparición, especialmente en redes sociales y comercios locales. Las labores oficiales de búsqueda se habían suspendido días atrás, pero algunos amigos y allegados continuaban con la esperanza de encontrarlo con vida.
Con el hallazgo del cuerpo, se cierra un capítulo doloroso para familiares y vecinos que, pese a sus esfuerzos, se enfrentan a un desenlace trágico. El Ayuntamiento de Cardedeu expresó sus condolencias a la familia y amistades de Joan Martí, al tiempo que lamentó profundamente la pérdida. Ahora, queda esperar los resultados de la autopsia que determinarán las circunstancias en las que este vecino de 76 años perdió la vida.