Lo que parecía una tranquila tarde de piscina se convirtió en minutos de angustia en Olius. Pasadas las 14:00 horas, los Bombers de la Generalitat recibieron un aviso urgente procedente de una piscina local. En la sala de máquinas se había producido una mezcla inadecuada de químicos que derivó en la formación de una nube tóxica.
El incidente fue detectado rápidamente gracias a los sensores de ventilación y al personal del recinto, que alertó a los servicios de emergencia antes de que se produjera una situación más grave. Afortunadamente, no hubo personas afectadas, pero las imágenes y el despliegue de seguridad generaron una gran conmoción entre los usuarios presentes.
Tres dotaciones para contener el peligro
Según fuentes oficiales de Bombers, tres dotaciones se desplazaron con rapidez al lugar de los hechos tras recibir el aviso a las 13:59 horas. Su intervención fue crucial para asegurar el perímetro, neutralizar la sustancia y ventilar la sala de forma controlada.

La zona afectada fue la sala de máquinas, donde suelen almacenarse productos como hipoclorito de sodio (lejía) y ácido clorhídrico, sustancias comunes en el mantenimiento de piscinas, pero extremadamente peligrosas si se combinan sin la debida precaución. Al entrar en contacto, estos productos pueden liberar gases como el cloro gaseoso, altamente tóxico incluso en concentraciones moderadas.
Los bomberos accedieron al espacio con el equipamiento adecuado y tras una valoración inicial procedieron a neutralizar la mezcla química con un agente absorbente especializado, una operación que requiere precisión y experiencia para evitar reacciones adicionales.

Evacuación preventiva y protocolo de seguridad
Aunque no hubo víctimas ni heridos, los responsables del recinto activaron de inmediato el protocolo de emergencia. Se evacuó preventivamente a los usuarios que se encontraban en las inmediaciones y se impidió el acceso a la piscina durante varias horas.
Desde el consistorio de Olius se emitió un comunicado para tranquilizar a la población, confirmando que la situación había sido controlada con rapidez y que no existía riesgo para la salud pública. Asimismo, se destacó la profesionalidad del personal del centro, que supo detectar el incidente a tiempo y actuar según el protocolo establecido.
El peligro invisible del cloro
La sustancia más probable que se liberó en este caso fue el cloro gaseoso, resultado de la mezcla entre hipoclorito de sodio y ácidos. Este gas, aunque de color verdoso y con un olor penetrante, puede pasar desapercibido en pequeñas cantidades y afectar a las vías respiratorias, causar irritación ocular e incluso quemaduras en los pulmones si se inhala en grandes dosis.
En este caso, gracias a la intervención rápida, no hubo que lamentar daños personales, pero el riesgo fue real y subraya la necesidad de no bajar la guardia en la gestión de estos espacios.
Una llamada de atención
El incidente en la piscina de Olius podría haber terminado mucho peor si no se hubiera actuado con rapidez. La formación de una nube tóxica no es un evento menor, y aunque esta vez no hubo heridos, sirve como recordatorio urgente de que los protocolos de seguridad en instalaciones públicas no pueden tomarse a la ligera.
En medio del susto y la evacuación, una cosa quedó clara: el peligro estaba ahí, invisible, contenido entre paredes técnicas. Y lo más importante… fue una mezcla incorrecta en el sistema automático la que generó el caos, un fallo técnico que ahora está siendo investigado a fondo.