Una autopista con varios carriles muestra tráfico moderado, incluyendo coches, camiones y una ambulancia, mientras que en el fondo se observan edificios y señales de tráfico.

Caos en dos carreteras por un accidente en una entrada a Barcelona

Otra día más, problemas de acceso a la Ciudad Condal

La mañana se presentaba complicada en las inmediaciones del Nus de la Trinitat, uno de los nodos viarios más transitados del área metropolitana de la capital catalana. Era primera hora, momento en que centenares de conductores se dirigían a la ciudad para iniciar su jornada laboral o realizar diversas gestiones. No obstante, un accidente en la principal entrada hacia Barcelona alteró por completo esta rutina, provocando un efecto en cadena que se extendió a otras vías con gran afluencia de tráfico.

En un primer momento, la información llegaba con cuentagotas: un siniestro había obligado a cortar uno de los carriles de acceso, lo que generaba las primeras retenciones en la C-58. Los paneles informativos y las redes sociales oficiales comenzaron a advertir de colas crecientes, sin que se pudiese precisar el alcance de la incidencia ni su causa exacta.

Minutos después, las imágenes captadas por las cámaras de Trànsit mostraban ambulancias, patrullas de policía y vehículos de asistencia sobre el asfalto, confirmando la gravedad de la situación y la imposibilidad de mantener abierta la totalidad de los carriles.

Un agente de policía de espaldas con uniforme de los Mossos d'Esquadra frente a contenedores de reciclaje.
Montaje de contenedores con un Mosso en primer término | Getty Images, @mossoscat, XCatalunya

Conforme transcurrían los minutos, se supo que las colas en la C-58, sentido Barcelona, superaban ya los cuatro kilómetros. En paralelo, la C-33, otra carretera clave para quienes provienen del norte, se vio también afectada con retenciones de entre dos y tres kilómetros.  La razón: muchos conductores optaron por desvíos alternativos para eludir la vía principal, colapsando así otras arterias y agudizando la congestión. Esta circunstancia generó un clima de incertidumbre entre quienes aún no habían iniciado la marcha, pues resultaba complicado encontrar un itinerario libre de atascos.

La principal prioridad de los servicios de emergencia fue atender a los posibles heridos. Según se desprende de la información suministrada por los efectivos desplazados, se activaron varias ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), así como dotaciones de los Mossos d’Esquadra que se encargaron de regular la circulación. También acudieron grúas y operarios de mantenimiento para retirar los vehículos siniestrados y limpiar la calzada si se había vertido algún fluido. Hasta el momento, no han trascendido datos oficiales sobre el número de personas afectadas o la gravedad de sus lesiones.

Para atenuar los daños colaterales, Trànsit recomendó a los conductores seguir las indicaciones de los paneles luminosos y, sobre todo, permanecer atentos a los boletines informativos y a las redes sociales oficiales. Muchos usuarios, al enterarse de la magnitud de las retenciones, optaron por retrasar su salida o buscar vías secundarias en un intento de eludir la zona conflictiva, aunque ello no siempre fue suficiente para esquivar la saturación en torno a la metrópoli.

Un agente de policía de espaldas con uniforme de los Mossos d'Esquadra frente a una carretera rodeada de árboles.
Montaje de una carretera con un Mosso en primer término | surfleader, ACN, XCatalunya

Los especialistas en movilidad subrayan que el Nus de la Trinitat, cruce de varias autopistas y vías rápidas, resulta especialmente sensible a cualquier percance ocurrido en hora punta. Un simple corte de carril puede ocasionar un incremento exponencial de los tiempos de paso, como se comprobó en este incidente. Con el objetivo de agilizar al máximo la recuperación de la normalidad, los Mossos organizaron desvíos puntuales y habilitaron carriles en la medida de lo posible, siempre sin comprometer la seguridad de los usuarios y de los propios equipos de rescate.