La preocupación por la calidad del aire ha vuelto a ocupar un lugar central en la agenda informativa de Catalunya. En los últimos días, las autoridades han tenido que tomar medidas excepcionales para hacer frente a un fenómeno que, si bien es recurrente en determinadas épocas del año, este jueves ha alcanzado niveles que han obligado a activar mecanismos de prevención y advertencia ante el riesgo que supone para la salud pública. Sin embargo, el problema va más allá de una simple alerta: pone sobre la mesa el desafío estructural que afronta el territorio catalán en materia medioambiental.
Cinco áreas bajo vigilancia: el mapa de la preocupación
El Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica ha activado un aviso preventivo por contaminación atmosférica después de que los niveles de partículas en suspensión (PM10) superasen los límites recomendados en diferentes puntos de la comunidad. Concretamente, las zonas de calidad del aire (ZQA) afectadas son el área de Barcelona, el Vallès, el Baix Llobregat, la Catalunya Central y las terres de Ponent. El miércoles, las mediciones revelaron que la concentración diaria de estas partículas, con un diámetro inferior a 10 micras, excedió el umbral de 50 µg/m³ en cuatro estaciones repartidas entre estas cinco regiones.
La previsión para las próximas 24 horas no es alentadora: los técnicos alertan de que las condiciones meteorológicas no favorecerán la dispersión de contaminantes y, por tanto, la superación del valor diario establecido podría repetirse durante el jueves. El episodio pone en evidencia la vulnerabilidad de varias comarcas catalanas ante fenómenos de contaminación derivados tanto de causas naturales —como la llegada de masas de aire cargadas de polvo africano— como de la intensa actividad humana.

Medidas de prevención y recomendaciones a la ciudadanía
El aviso preventivo decretado no implica necesariamente la entrada en un episodio ambiental grave, pero sí constituye la antesala a restricciones más estrictas si los niveles de contaminación no remiten. Como primera medida, se han activado mensajes de advertencia en los paneles luminosos de las principales vías, alertando sobre el alto nivel de partículas en el ambiente.
A la vez, se ha instado a la población a priorizar el uso del transporte público frente al vehículo privado para limitar las emisiones. Las industrias, obras públicas y centrales eléctricas han sido notificadas para activar protocolos de reducción de emisiones previstos para este tipo de situaciones. Además, los municipios afectados han recibido la recomendación de suspender o minimizar las actividades que impliquen el uso de materiales pulverulentos, ya que contribuyen al empeoramiento de la calidad del aire.

El seguimiento del episodio: un reto para las autoridades
La Dirección General de Canvi Climàtic i Qualitat Ambiental será la encargada de monitorizar la evolución de los niveles de partículas y de decidir, día a día, si el aviso preventivo debe mantenerse, escalarse a un episodio ambiental o, si mejora la situación, desactivarse. El objetivo es actuar con rapidez y flexibilidad para proteger la salud de la población y minimizar los efectos de la contaminación, que pueden ser especialmente graves en personas vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias.
En paralelo, el Canal Salut de la Agència de Salut Pública de Catalunya ha difundido un conjunto de medidas y recomendaciones específicas para limitar la exposición a la contaminación. Entre las indicaciones se incluye evitar actividades físicas intensas al aire libre, cerrar ventanas en las horas punta de polución y, en el caso de los colectivos más sensibles, extremar las precauciones durante estos episodios.