Cuando llega el calor, las alertas por contaminación atmosférica vuelven a ser protagonistas en distintos puntos del territorio. Aunque muchos asocian los riesgos medioambientales a los episodios de polución en grandes ciudades o a vertidos industriales, existe un peligro menos visible, pero igualmente amenazante, que cada verano activa protocolos de prevención y pone en jaque la salud pública. Esta vez, las autoridades han emitido un aviso preventivo que afecta directamente a una parte concreta de Catalunya, donde los niveles de un gas invisible han disparado todas las alarmas sanitarias.
El aviso: niveles elevados de ozono troposférico en la Plana de Vic
La jornada del 11 de junio de 2025 ha comenzado con una advertencia clara por parte de la Direcció General de Qualitat Ambiental i Canvi Climàtic y Protecció Civil de Catalunya: el riesgo químico está presente por la posible superación del llindar d’informació d’ozó troposfèric en la Plana de Vic. Según el mapa de avisos publicado a primera hora de la mañana y actualizado a las 9:30, esta comarca de la Catalunya Central es la única en todo el territorio donde se espera que la concentración de ozono pueda superar los 180 µg/m³, el umbral considerado de información y riesgo para los colectivos vulnerables.
El ozono, aunque conocido por su función protectora en la capa alta de la atmósfera (estratosfera), se convierte en un peligro cuando se acumula en la troposfera, la capa más próxima al suelo. Este contaminante secundario no se emite directamente, sino que se forma a partir de reacciones químicas entre óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, favorecidas por la intensa radiación solar. La combinación de altas temperaturas, estabilidad atmosférica y presencia de precursores químicos, típica de la primavera y el verano, explica la aparición recurrente de estos episodios.
¿Por qué es peligroso el ozono y quién debe preocuparse?
Aunque el ozono troposférico es invisible y carece de olor, sus efectos en la salud pueden ser muy notorios. En niveles superiores a los 120 µg/m³ ya se considera que hay un riesgo si la exposición es continuada, pero es al superar los 180 µg/m³ cuando las autoridades activan los avisos para la población. Los síntomas asociados incluyen tos, irritaciones en la garganta y los ojos, molestias respiratorias, sensación de sequedad en la boca y el cuello, y un agravamiento de patologías previas como el asma o la bronquitis. Incluso se ha registrado un aumento de la mortalidad diaria en días con episodios graves de contaminación por ozono.
Las personas más sensibles a este contaminante son aquellas que sufren problemas de corazón o de pulmón, los niños pequeños, las mujeres embarazadas y los ancianos. También se recomienda precaución extra a quienes tengan el sistema inmunitario debilitado o historial de enfermedades respiratorias.
Protecció Civil, en su último comunicado, ha pedido explícitamente evitar el ejercicio físico al aire libre y prestar especial atención a los colectivos más vulnerables, especialmente en la Plana de Vic, la zona bajo vigilancia. Si bien para la población general no se considera necesario modificar los desplazamientos habituales, sí es aconsejable reducir la intensidad de las actividades físicas durante las horas en las que el ozono alcance sus máximos, normalmente en las primeras horas de la tarde.
En Catalunya, el seguimiento de los niveles de ozono es constante, especialmente entre los meses de mayo y septiembre, cuando las condiciones meteorológicas son más favorables para la formación de este contaminante. El Departament d’Acció Climàtica dispone de la Xarxa de Vigilància i Previsió de la Contaminació Atmosfèrica (XVPCA), que monitoriza en tiempo real los datos de calidad del aire y emite avisos a la población y a los medios de comunicación en caso de riesgo.