La mañana de este viernes ha estado marcada por un suceso inesperado en el camino que conecta Sant Pere de Riudebitlles con Sant Quintí de Mediona. Varios vecinos percibieron un fuerte olor a humo y, con rapidez, se pusieron en contacto con los servicios de emergencia para solicitar ayuda. En un primer momento, los habitantes de la zona desconocían el alcance de lo que estaba ocurriendo, pero no tardaron en apreciar llamas y una columna de humo que ascendía desde lo que parecía ser una edificación situada en medio de la ruta.
Según se ha sabido después, el fuego había comenzado en una vivienda. El escenario mantuvo en vilo a los testigos que contemplaban cómo las llamas se propagaban por el inmueble, especialmente en la planta baja y parte de la superior, pero sin que en ese momento se conociera si había personas dentro.
Al poco tiempo, llegaron cinco dotaciones de los Bombers de la Generalitat, movilizadas tras la llamada de alerta que se recibió a las 07:52 h en el teléfono de emergencias 112. El objetivo inicial fue aproximarse con cautela y evaluar la intensidad del fuego. Gracias a la colaboración de vecinos, se despejó parte del camino para permitir el paso de los vehículos de extinción, incluyendo la autoescalera. Este dispositivo resultó fundamental para abordar las alturas y trabajar en las zonas comprometidas del edificio.
Evacuación de dos personas
Una vez en el lugar, los equipos confirmaron la existencia de un incendio de importancia en el interior de la vivienda. Armados con mangueras y equipos de respiración autónoma, los bomberos accedieron al inmueble con la intención de frenar la propagación de las llamas antes de que dañaran en exceso la estructura. El humo denso, sin embargo, dificultó la visibilidad. Fue entonces cuando tuvieron que implementar maniobras de ventilación y localizar focos de calor ocultos tras muros y techos.
A medida que avanzaban, se encontraron con la necesidad de realizar un rescate de dos personas que se hallaban en el interior de la vivienda. El equipo procedió a inmovilizarlas con seguridad y, tras confirmarse su estado, las evacuaron al exterior. El Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), presente en el punto, se encargó de atenderlas y comprobar que no presentaban daños mayores. El rescate supuso el momento de máxima tensión, pero gracias al profesionalismo de los bomberos, se logró de forma satisfactoria.
Con las personas ya a salvo, la prioridad pasó a extinguir por completo cualquier rastro de fuego en la casa. Los efectivos se dividieron para atacar las llamas desde varios ángulos, combinando agua y, en caso de necesidad, espuma para aislar posibles focos. Pasado un tiempo, la actuación permitió declarar controlado el incendio, si bien los bomberos siguieron revisando y removiendo puntos calientes para descartar reactivaciones.