La mañana de este viernes se ha convertido en un auténtico desafío para la movilidad en el entorno de Barcelona. Hasta tres siniestros diferentes, repartidos en la AP-7, la B-10 (ronda Litoral) y la C-17, han provocado importantes colas y han obligado a extremar la precaución de los conductores. Antes se había producido otro en la B-20. A ello se suma la intensa niebla registrada en algunos tramos, factor que, según los primeros indicios, habría contribuido a dos de los accidentes.
Casi 10 kilómetros de cola en la B-10
El primer incidente se ha producido en la ronda Litoral (B-10) a la altura de Montjuic, en sentido Llobregat, donde un choque ha obligado a cortar uno de los carriles. Al principio, las retenciones se estimaban en unos 2 kilómetros, pero en apenas un cuarto de hora se han disparado hasta alcanzar los 9,5 kilómetros, llegando a la zona de Bon Pastor. Esta escalada ha generado un notable colapso en la circulación, afectando también a los accesos y salidas a las zonas portuarias y a parte de la ronda de Dalt, puesto que muchos usuarios han buscado rutas alternativas.
La niebla, amenaza real
El segundo accidente ha tenido lugar en la AP-7, a la altura de Mollet del Vallès, en sentido norte/Girona. Este siniestro, según informa el Servei Català de Trànsit, ha obligado a cerrar un carril y se han formado colas desde Santa Perpètua de Mogoda. Para empeorar la situación, en ese tramo la niebla era especialmente densa, reduciendo la visibilidad de manera peligrosa. Las autoridades han subrayado la importancia de moderar la velocidad y mantener la distancia de seguridad para evitar choques en cadena.
Mientras tanto, la C-17 tampoco ha quedado exenta de incidentes. A la altura de Parets del Vallès, en sentido Vic, se ha reportado otro accidente que también podría estar relacionado con la bruma matinal. En este sector, varios conductores han alertado de la reducida visibilidad, lo que incrementa el riesgo de frenadas bruscas y embestidas por alcance. El tránsito en la C-17 se ha visto afectado con colas intermitentes, y se recomienda a los vehículos de dos ruedas extremar aún más las precauciones para no verse envueltos en alcances con turismos o camiones.
La coincidencia temporal de estos siniestros ha provocado un notable desajuste en la movilidad de la zona metropolitana. La niebla, según han explicado fuentes meteorológicas, se debe a condiciones de elevada humedad y calma atmosférica que mantienen el vapor de agua a ras de suelo. Este fenómeno suele ser habitual en invierno y puede persistir buena parte de la mañana. La recomendación general es reducir la velocidad, encender las luces antiniebla solo cuando resulte imprescindible y prestar especial atención a las señales luminosas de otros vehículos.
A medida que avanza el día, se espera que la niebla vaya disipándose de forma gradual, permitiendo recuperar algo de fluidez en los tramos afectados. No obstante, las autoridades insisten en que cualquier mínimo accidente puede desembocar en colas de varios kilómetros, sobre todo en vías de gran capacidad como la AP-7 o la B-10 en hora punta. Por ello, no descartan retenciones residuales durante el mediodía o principios de la tarde si el tráfico se intensifica.