Un hombre mayor con gafas disfruta de una baguette rodeado de una variedad de panes.

El truco para evitar que el pan engorde tanto

Es algo que preocupa a mucha gente

El pan es uno de los alimentos más consumidos en nuestra dieta diaria, y aunque muchos lo consideran un producto básico y saludable, tiene una mala reputación por su aporte calórico. A menudo, las personas que desean perder peso tienden a eliminar el pan de sus comidas para evitar ganar kilos de más. Sin embargo, existen métodos para reducir el impacto calórico del pan sin tener que renunciar a su delicioso sabor y textura. 

Congelar y tostar el pan: el secreto para reducir sus calorías

La clave para que el pan engorde menos radica en el proceso de congelarlo y luego tostarlo antes de consumirlo. Este método no solo ayuda a reducir su índice glucémico, sino que también disminuye la cantidad de calorías disponibles para el organismo, llegando a reducir hasta un 10% de las calorías absorbidas. Cuando el pan se congela, se produce una modificación en los almidones que contiene, transformándolos en almidones resistentes. Estos almidones resistentes son menos digeribles, lo que significa que el cuerpo no los convierte tan fácilmente en azúcar, lo cual contribuye a disminuir la cantidad de calorías que finalmente se absorben.

El proceso es muy sencillo: basta con congelar el pan y, antes de consumirlo, calentarlo en la tostadora durante aproximadamente 3-5 minutos o hasta que esté dorado. De esta forma, el pan se vuelve menos propenso a elevar los niveles de glucosa en sangre, lo cual resulta beneficioso para quienes desean controlar su peso o incluso prevenir picos de azúcar, algo muy importante para personas con problemas de diabetes o resistencia a la insulina.

¿Por qué el pan tostado tiene menos calorías?

El secreto detrás de la reducción de calorías está en el tipo de almidón que contiene el pan. Los almidones resistentes no son digeridos por completo en el intestino delgado, sino que pasan al intestino grueso, donde actúan de forma similar a la fibra alimentaria, contribuyendo a mejorar la salud metabólica. Este proceso no solo implica que el pan tostado aporte menos calorías, sino que también puede ayudar a mejorar la salud intestinal, favoreciendo la flora bacteriana y contribuyendo al buen funcionamiento del sistema digestivo.

Una variedad de panes artesanales en cestas de mimbre, acompañados de espigas de trigo y un libro abierto sobre una mesa cubierta con tela.
Diferentes tipos de pan | lucas mendes

En contraste, el pan fresco, sin congelar ni tostar, tiene un mayor índice glucémico y se digiere más rápidamente, lo cual provoca un aumento considerable en los niveles de azúcar en sangre y, por ende, una mayor probabilidad de acumular grasa. Tostar el pan después de haberlo congelado hace que sea más fácil de digerir y menos perjudicial para quienes desean mantener su peso bajo control.

Otros beneficios sobre congelar y tostar el pan

Además de reducir las calorías del pan, el truco de congelarlo y tostarlo tiene otros beneficios interesantes. Al hacerlo, se prolonga la vida útil del pan, permitiendo conservarlo durante semanas en el congelador sin que se ponga duro o mohoso. Este es un aspecto importante, ya que el desperdicio de alimentos es un problema creciente a nivel mundial, y este simple método puede contribuir a reducirlo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que tostar el pan le da una textura crujiente y un sabor más intenso, lo que lo convierte en un acompañamiento perfecto para una gran variedad de alimentos. Desde tostadas con aguacate hasta una buena rebanada con aceite de oliva y tomate, el pan tostado es versátil y fácil de combinar en cualquier comida del día, aportando sabor sin la preocupación de las calorías extra.

Rebanadas de pan tostado con trozos de aceituna sobre una tabla de madera adornadas con hojas de menta.
Panecillos tostados | vikif

Un truco muy útil

Si bien el pan tiene una mala reputación cuando se trata de dietas y pérdida de peso, el truco de congelarlo y tostarlo antes de consumirlo es una manera sencilla de disfrutar de este alimento sin tantas preocupaciones por las calorías. Reducir el índice glucémico del pan y hacer que su aporte calórico sea menor es posible sin perder su delicioso sabor ni eliminarlo de tu dieta.

El pan no tiene por qué ser un enemigo de la dieta. Con técnicas como esta, podemos seguir disfrutando de uno de los alimentos más tradicionales y deliciosos mientras cuidamos nuestra salud y nuestro peso. Así que la próxima vez que tengas pan en casa, prueba a congelarlo y tostarlo, y verás cómo puedes seguir disfrutándolo sin remordimientos.