Una reciente queja en redes sociales ha puesto a Bonpreu bajo el foco de la polémica, después de que un cliente denunciara el mal estado de unos tomates en su establecimiento de Sant Salvador, Tarragona. El usuario, Emili Llaveria, compartió varias fotos en su cuenta de Twitter en las que se observan tomates etiquetados como "Rosa de la Reina" que muestran signos de moho y deterioro. En su mensaje, Llaveria acusó a la cadena de engañar a los clientes, ya que la etiqueta parece colocada estratégicamente para ocultar las zonas afectadas.
La queja generó rápidamente una respuesta de Bonpreu, que lamentó la situación y se comprometió a abonar el importe si el cliente proporcionaba su tarjeta de cliente por mensaje privado. La cadena aseguró que su prioridad es ofrecer productos de calidad, y no engañar a sus clientes. Sin embargo, Emili Llaveria respondió que, a pesar de la disculpa, le resulta difícil creer que la ubicación de la etiqueta sobre la parte dañada del tomate fuera casualidad.
Las imágenes compartidas por Emili Llaveria muestran claramente los signos de descomposición en los tomates, y sus palabras reflejan una indignación que muchos usuarios en redes compartieron, considerando que no solo se trataba de un producto en mal estado, sino de una posible práctica para ocultarlo. Los comentarios de otros usuarios coincidieron en la importancia de que los supermercados mantengan estándares de calidad y transparencia para garantizar la confianza de los consumidores.
Este tipo de quejas son cada vez más comunes en redes sociales, donde los clientes pueden compartir sus experiencias de manera inmediata y recibir un apoyo o reacción rápida de las empresas.
La importancia de la calidad en los productos frescos
La venta de productos frescos como las frutas y verduras es un pilar fundamental en supermercados como Bonpreu. Estos productos son especialmente susceptibles a sufrir daños durante el transporte o almacenamiento, lo que hace fundamental un control exhaustivo para evitar que lleguen en malas condiciones al consumidor final. Las quejas de este tipo pueden afectar la imagen de la cadena, ya que los clientes esperan que estos productos lleguen en perfecto estado, especialmente cuando se trata de alimentos que podrían afectar su salud.
El caso de Emili Llaveria no es aislado; los supermercados enfrentan constantemente el reto de gestionar grandes cantidades de productos frescos, y cualquier error en la cadena de suministro o en la rotación de productos puede tener consecuencias negativas. Este incidente refleja la necesidad de que las cadenas implementen procesos rigurosos de control de calidad para prevenir situaciones como la que se dio en el establecimiento de Tarragona.