La sociedad parece cada vez más concienciada de los peligros a los que estamos sometidos con relación a llamadas que pueden ser verdaderas estafas. Sin embargo y a pesar de que el sector más perjudicado por esta práctica potencialmente dañina suele ser el de las personas de la tercera edad, cualquier ciudadano puede verse afectado por la trampa de una llamada telefónica.
Con una simple llamada, los denominados "ciberdelincuentes" o "hackers" pueden llegar a acceder a nuestros datos personales y bancarios, pudiendo acceder a nuestras cuentas con suma facilidad. A estos falsificadores les basta que pronunciemos la palabra "sí" para que nos puedan robar de forma descabellada. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), nunca debemos atender una llamada con un "sí", porque podría ser utilizado como hipotética respuesta afirmativa a la aceptación de alguna propuesta y nos podría en un verdadero compromiso al poder justificar nuestra voz.
Nunca digas "sí"
Así de simple y así de peligroso. Olvidemos pues el "sí" en llamadas telefónicas comerciales o aparentemente inofensivas, y si no se trata de familiares o amigos, mejor olvidarnos del "sí". Siempre según este informe de la OCU, existen dos formas distintas de engaño a través del denominado "fraude del sí":
. La víctima contesta a la llamada y al pronunciar "sí" no hay respuesta al otro lado. Sin embargo, se activa una grabación que informa sobre la formalización de la contratación de un servicio. La víctima llama para comprobar qué ha pasado y el 'estafador' solicita datos personales para cancelar ese presunto servicio.
. El estafador llama suplantando la identidad de una entidad o empresa (servicio de gas, entidad bancaria...) y realiza preguntas hasta que el estafado responde "sí".
Igualmente, se mantiene la advertencia de no devolver nunca la llamada de un número desconocido. Fijémonos como según una encuesta llevada a cabo por parte del operador de telecomunicaciones Finetwork, un 35,52 % de los encuestados ha asegurado que ha recibido SMS con enlaces fraudulentos; un 30,63 % ha declarado haber sido contactado telefónicamente por robots para intentar venderles algún producto, y un 28,08% ha reconocido haber sido víctima de algún intento de fraude a través de WhatsApp. Por lo tanto, nos encontramos con unos resultados que advierten que el 35% de los españoles ya ha sido víctima de los llamados vishing o phishing telefónico.
Para no formar parte de este colectivo, hay que empezar por evitar el "sí" en las llamadas y evitar sufrir casos como el de ganadero Raúl Moreno, que fue estafado telefónicamente, tras recibir inicialmente unos mensajes que le alertaban de unas transferencias realizadas desde su cuenta, y posteriormente el presunto estafador le habría llamado haciéndose pasar por personal del banco, asegurándole que estaba siendo víctima de una estafa y que, para evitarlo, tenía que darle las coordenadas de una tarjeta que le había facilitado previamente su banco. Ante este peligro constante debemos exclamar un rotundo "¡No!".