El salario mínimo interprofesional (SMI) en España vuelve a subir en 2025, alcanzando los 1.184 euros mensuales en 14 pagas, lo que supone un incremento de 700 euros anuales. Esta medida, aprobada por el Gobierno y pactada con los sindicatos, beneficiará a más de 2,5 millones de trabajadores. Sin embargo, no todo son buenas noticias: por primera vez, Hacienda aplicará el IRPF a quienes cobren el SMI, lo que reducirá el impacto real del aumento salarial.
Un aumento del SMI con coste fiscal
El salario mínimo interprofesional ha crecido un 54% desde 2018, consolidando su papel como un pilar en la mejora de los ingresos de los trabajadores más vulnerables. No obstante, en esta ocasión, el Ministerio de Hacienda ha decidido no modificar los tramos del IRPF, lo que significa que quienes cobren el SMI deberán empezar a pagar impuestos sobre su salario.
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Hasta ahora, los perceptores del SMI estaban exentos de tributar por este impuesto, ya que el umbral mínimo para tributar era superior al salario mínimo. Sin embargo, con la nueva subida, el SMI supera el umbral exento y, al no haber una actualización de los tramos del IRPF, Hacienda empezará a retener parte de estos ingresos.
¿Cuánto se quedará Hacienda?
El impacto del IRPF en los trabajadores que cobren el SMI dependerá de su situación familiar y económica. De acuerdo con las estimaciones de los expertos:
Un trabajador soltero y sin hijos con SMI a jornada completa deberá pagar alrededor de 300 euros anuales en el IRPF, lo que representa un tipo de retención medio del 1,81%. En términos netos, de los 700 euros anuales de subida, este trabajador solo verá reflejados en su cuenta unos 400 euros después de impuestos. Aquellos con cargas familiares o situaciones específicas podrán beneficiarse de rebajas fiscales y pagar menos o incluso quedar exentos del impuesto.
Según fuentes del Ministerio de Hacienda, se estima que aproximadamente el 75% de los trabajadores que cobran el SMI seguirán sin tributar gracias a la rebaja fiscal aplicada a las rentas bajas y medias.
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Un debate abierto: ¿debe estar el SMI libre de impuestos?
El hecho de que el salario mínimo ya no esté completamente exento de impuestos ha reavivado el debate sobre si el SMI debe tributar o no. Los sindicatos han mostrado su preocupación, argumentando que esto anula parte del beneficio de la subida salarial y afecta directamente a los trabajadores más vulnerables.
Por su parte, el Gobierno defiende la medida asegurando que las rentas bajas seguirán teniendo ventajas fiscales y que la carga tributaria será baja. Sin embargo, la oposición y algunos economistas han criticado la decisión de no actualizar los tramos del IRPF, ya que podría reducir el impacto real del aumento del SMI en los trabajadores.
Con la entrada en vigor de esta medida en 2025, muchos empleados que antes no tenían que preocuparse por el IRPF ahora deberán hacerlo. A pesar de la subida, algunos verán cómo una parte de su salario queda en manos de Hacienda, abriendo un nuevo capítulo en la eterna discusión sobre la fiscalidad del salario mínimo en España.