Un hombre sonriente con camisa de mezclilla está de pie frente a una sucursal de BBVA.

Un nuevo servicio del BBVA pone las cosas fáciles a sus clientes

El gigante financiero aprueba un nuevo servicio muy positivo para sus clientes.

Miles de clientes de BBVA han empezado a notar en los últimos días un pequeño cambio en la aplicación móvil del banco. Algunos lo ignoraron. Otros pensaron que se trataba de una simple actualización estética. Pero un grupo reducido de usuarios descubrió que detrás de ese cambio se escondía algo mucho más importante.

La sospecha comenzó cuando, tras realizar ciertas compras o transferencias, apareció una opción nueva junto al movimiento bancario. Algo llamado “fraccionar pago” captó la atención de quienes revisaban su cuenta al detalle. Sin comunicado oficial en ese momento, el desconcierto fue total.

¿Qué tipo de gastos se pueden dividir?

La entidad ha definido unos umbrales mínimos para que los pagos puedan acogerse a esta funcionalidad. Las compras y los impuestos pueden fraccionarse si superan los 50 euros. Para transferencias y recibos domiciliados, el mínimo es de 300 euros.  BBVA ofrece al cliente la posibilidad de simular diferentes plazos y comisiones.

Mujer sorprendida frente a una sucursal de BBVA con un cajero automático al lado.
Mujer sorprendida ante una noticia del BBVA, con una oficina al fondo de la imagen | XCatalunya, BBVA

Las cuotas se pueden repartir en hasta 12 meses, dependiendo de lo que el usuario considere más adecuado para su economía. El sistema calcula automáticamente el importe de cada mensualidad, incluyendo la comisión asociada según el plazo escogido.

Un servicio flexible y sin permanencia

Uno de los puntos más valorados por los usuarios es que el servicio se puede activar o cancelar en cualquier momento, sin penalización ni obligación de seguir usándolo. No es un crédito con condiciones impuestas:  es una herramienta que aparece solo cuando el gasto lo permite, y es el cliente quien decide si quiere aplicarla o no.

Una mujer sorprendida señala un cartel en la fachada de un banco BBVA.
Chica con rostro de sorpresa y una oficina del BBVA de fondo | Dean Drobot, XCatalunya, BBVA

Además, BBVA ofrece una ventaja adicional: el primer fraccionamiento realizado durante el primer año desde que se activa el servicio es completamente gratuito. Es decir, sin comisiones, como gesto de bienvenida para quienes empiezan a usar esta opción.

La reacción de los clientes no se ha hecho esperar

En redes sociales y foros de consumo, muchos usuarios han compartido su sorpresa y satisfacción. Algunos lo ven como “una ayuda real”, otros como “una forma de tener más control sin entrar en deudas”. Y es que para quienes gestionan su economía de forma estricta, poder dividir un gasto inesperado en plazos puede marcar una gran diferencia.

Desde familias con hijos hasta personas mayores con pensión justa, pasando por autónomos que enfrentan ingresos irregulares, esta novedad se presenta como una alternativa útil y práctica para el día a día. Especialmente en un contexto donde el acceso al crédito cada vez es más limitado.

Pero hay algo más que BBVA no había contado hasta ahora

La gran revelación, sin embargo, no se ha difundido con el mismo bombo: este servicio también permite fraccionar pagos de impuestos directamente desde la cuenta corriente, sin necesidad de solicitar aplazamientos a Hacienda ni presentar documentación adicional.

Esto significa que si a un cliente le cargan el IBI, una tasa municipal o incluso el IRPF en un solo pago, podrá dividirlo en cuotas automáticamente si cumple el importe mínimo. Una funcionalidad que hasta ahora parecía impensable en un banco tradicional. Así, BBVA no solo lanza un nuevo servicio financiero: da un paso audaz que transforma la forma en que sus clientes enfrentan sus gastos más delicados.