En plena era digital, los bancos deben reinventarse constantemente para ofrecer servicios rápidos, cómodos y seguros. En este contexto, BBVA ha dado un paso adelante con la implantación masiva de sus cajeros con tecnología contactless, que permiten operar sin necesidad de introducir la tarjeta física. Esta novedad ya ha sido adoptada con entusiasmo por millones de clientes en toda España.
La clave de este sistema reside en la tecnología NFC (Near Field Communication), que permite la comunicación inalámbrica a muy corta distancia entre la tarjeta y el lector del cajero. Con un simple gesto —acercar la tarjeta— el usuario puede acceder a los servicios habituales, pero de una forma mucho más ágil y segura.
Adiós a la ranura: más seguridad, menos complicaciones
Una de las ventajas más celebradas es que ya no hace falta introducir la tarjeta en el cajero. Esto reduce el riesgo de que se quede retenida o de que se deteriore físicamente. También minimiza las posibilidades de copia de datos por parte de dispositivos fraudulentos, ofreciendo una experiencia mucho más tranquila al cliente.

Esta mejora de seguridad, combinada con la comodidad del proceso, ha generado una percepción muy positiva entre los usuarios. Ya no hay que esperar a que la máquina devuelva la tarjeta al final de la operación, porque el control permanece siempre en manos del cliente.
El mismo servicio, pero más rápido y eficiente
Los cajeros contactless del BBVA ofrecen exactamente las mismas funcionalidades que un cajero tradicional. Es decir, se pueden hacer ingresos y retiradas de dinero, consultar movimientos, pagar recibos, hacer transferencias e incluso recargar el móvil. Una novedad que marca la diferencia.

Sin embargo, la diferencia está en la velocidad y la fluidez. El usuario puede comenzar la operación casi de forma instantánea, sin perder tiempo con lecturas lentas ni esperas innecesarias. Todo esto contribuye a una mejor gestión del tiempo, especialmente útil en horas punta o en oficinas con mucha afluencia.
BBVA ha querido mantener opciones para todos los perfiles de cliente. Por eso, aunque impulsa el sistema contactless, sigue disponible la forma tradicional de introducir la tarjeta en la ranura, para quien lo prefiera o tenga una tarjeta sin chip NFC. Esta flexibilidad permite que cualquier persona, tenga el nivel tecnológico que tenga, pueda seguir operando con normalidad.
El futuro de los cajeros ya está aquí
Este proyecto de modernización no es solo una curiosidad tecnológica, sino un elemento clave en la estrategia del BBVA para consolidarse como una entidad líder en transformación digital. Cada vez más oficinas incorporan estos nuevos cajeros, y todo apunta a que en pocos meses, la gran mayoría ya funcionarán con este sistema.
Los clientes que lo han probado aseguran que no quieren volver atrás. Valoran la rapidez, la seguridad y, sobre todo, la sensación de tener el control en todo momento. Muchos, incluso, han compartido su experiencia en redes sociales, destacando el gran salto de calidad que supone este cambio.
Si aún no has usado un cajero contactless del BBVA, quizás ha llegado el momento de hacerlo. Acercando la tarjeta, todo es más fácil. Y como dicen muchos clientes que ya lo han probado: “Una vez lo haces así, ya no quieres volver atrás”. La banca digital no es solo una moda: es una necesidad. Y BBVA, una vez más, se ha adelantado al futuro.