Con la llegada del verano, una acción básica como cocinar se ha convertido en un deporte de riesgo. Las grandes temperaturas que acumulan las ollas y sartenes en las vitrocerámicas son cada vez más insoportables. El consumo de productos calientes se vuelve mínimo en los días de verano.
Por ello, es más común comer y cenar alimentos como ensaladas, gazpacho o frutas. Unas comidas que celebran todos los nutricionistas por su gran valor nutritivo que aportan. Sin embargo, hay un alimento que es el gran enemigo de los que quieren evitar todo tipo de azúcares.
El enemigo placentero del verano
Concretamente, estamos hablando de los helados. Comerse un polo en el sol es uno de los placeres de la vida. Su frescor, junto a su gran gusto, dan sentido a la existencia de todo aquel que los disfruta.
Sin embargo, su sabor paradisíaco esconde la multitud de azúcares, grasas saturadas y aditivos que acumula. Y es que los compradores no son conscientes de lo que lleva un helado a la hora de comérselo. Es por ello por lo que grandes instituciones para los consumidores como la OCU se ocupan de mostrar cuáles son los mejores productos para comprar.
La mejor opción para comprar helados
Para favorecer la línea entre querer seguir una dieta estricta y una gran pasión por los helados, la OCU ha realizado un estudio sobre las ofertas de polos de los supermercados. Después del análisis de más de 50 tipos de polos distintos, entre los helados de leche, la organización determinó que los mejores son los Helados Huracán de la marca Gellatelli.
Estos helados se pueden encontrar en el Lidl. Son caracterizados por sus bajas cantidades de grasas y azúcares y tienen un gran aporte de proteínas. Además, son para todo tipo de públicos porque no contienen ni gluten ni lactosa.
Esta gran opción se encuentra por el económico precio de 1,69 euros. Asimismo, el paquete cuenta con siete unidades del mismo polo y se pueden comprar de diferentes sabores como vainilla, fresa o pera.
Los Helados Huracán en la C del valor nutricional
A la hora de comprar un producto tenemos que fijarnos en que su valor nutricional sea de la C o superior. Cada producto está relacionado una letra entra la A y la E. Siendo de la A los productos más saludables y de la E los peores.
El verano facilita el hecho de comer mejor porque el calor ahuyenta a las personas de las cocinas. La mayoría de los productos frescos son buenos para la salud. Sin embargo, es esencial controlar el consumo de los helados.