El Banco Santander ha salido al paso de las informaciones publicadas este fin de semana por el diario británico Financial Times, en las que se afirmaba que la entidad presidida por Ana Botín estaría barajando todos los escenarios posibles para su negocio en Reino Unido, incluido el de abandonar definitivamente el país. Según la cabecera inglesa, la decisión estaría motivada por el menor rendimiento que la filial británica ha registrado frente a otras geografías y por su exposición a un posible litigio relacionado con la venta engañosa de préstamos de automóviles. Esta última circunstancia habría llevado a provisionar 295 millones de libras para cubrir los costes de una sentencia desfavorable.
El banco español ha negado de manera rotunda que exista plan alguno para vender su filial en las islas británicas. Un portavoz de la entidad ha declarado a OK Diario que Reino Unido sigue siendo un mercado clave y que la estrategia del grupo no ha variado respecto a este país, en el que Santander lleva presente dos décadas, desde que se hiciera con Abbey National en 2004 y posteriormente integrara Alliance & Leicester y parte de Bradford & Bingley. Cabe destacar que fue la propia Ana Botín quien dirigió la filial británica de 2010 a 2014, en un periodo que culminó con la consolidación de Santander UK como uno de los grandes prestamistas minoristas del país.
Las especulaciones difundidas por Financial Times apuntan también a un supuesto descontento de la presidenta del banco con la evolución de la filial británica debido a los altos costes y a la incapacidad de aprovechar las subidas de tipos de interés en la región, al contrario de lo que sí ha ocurrido en otros mercados como España.
Reino Unido, clave para Santander
No obstante, la información alude a un análisis en una fase tan inicial que no se espera ningún anuncio inminente en un sentido u otro. Según fuentes internas, no resulta extraño que un grupo de la envergadura de Santander efectúe revisiones periódicas de sus divisiones internacionales, y es habitual que se contemplen varios escenarios estratégicos sin que ello signifique una decisión inmediata.
El malestar que insinúa el diario británico se relacionaría, por un lado, con la menor rentabilidad de Santander UK comparada con otros países en los que opera el grupo; por otro, con la mencionada disputa judicial acerca de la supuesta venta engañosa de préstamos para automóviles. En noviembre se destinaron 295 millones de libras a cubrir posibles costes derivados de este proceso, un importe que, según la publicación, podría afectar al balance en caso de verse ratificadas las reclamaciones de los demandantes.
Pese a ese frente legal, Banco Santander reitera su compromiso con el mercado británico, donde expandió con fuerza su negocio bancario minorista tras la crisis de 2008 y forjó una red de oficinas y productos que le han convertido en un actor relevante de la banca en el Reino Unido. A la vista de las declaraciones de la propia entidad, y de la desautorización de los supuestos planes de venta, todo indica que la señalada “falta de rentabilidad” en territorio británico no es motivo, al menos por el momento, para abandonar un país que continúa siendo uno de los pilares estratégicos de la expansión internacional del grupo.