Los agricultores están de moda. Durante los primeros meses de este 2024, muchos payeses se han tornado en protagonistas absolutos del día a día y han acaparado gran parte del foco mediático con sus protestas. Las quejas, lejos de terminar, y aunque ya hayan pasado a un segundo plano, siguen su transcurso.
La realidad es que el funcionamiento actual de la cadena de mercado no está beneficiando en absoluto a estos payeses que se dedican a cultivar tierras y a cosechar alimentos. Y, aunque el método de manifestación más llamativo ha sido el de ocupar carreteras y ciudades con sus tractores, los agricultores han elegido también otras formas de protesta.
Por ejemplo, Josep María Royo, un hombre procedente de familia payesa de las Terres de l'Ebre, ha querido exponer su gran malestar a través de las redes sociales. Esta vez, la queja no iba dedicaba al sistema, sino más bien a un supermercado en concreto, Amettler Origen, por una de sus políticas. La cadena catalana recomendaba una de sus ofertas: un kilo de naranjas de origen alicantino a 0,99 euros el kilo.
"Nos pagaban hace 20 años a 0,35 euros el kilo de naranjas, regadas por un río siempre amenazado", publicaba el payés. Aunque en este caso ha cargado contra Ametller Origen, el tuitero asegura que la queja podría supeditarse a otras cadenas: "Veo esto de Ametller Origen, pero podría ser Mercadona u otros".
Sus quejas están fundamentadas en que, como él mismo responde a otro internauta en los comentarios, estas políticas pueden “ahogar la competencia y al pequeño productor, produciendo por debajo del coste”. Terminaba su publicación añadiendo un hastag que rezaba por la revolución payesa (#revoltapagesa).
La revolución de los tractores
Como decíamos, hasta hace apenas unas semanas, los tractores cortando calles de las principales ciudades europeas eran los encargados de abrir prácticamente todos los telediarios. Una revuelta que empezó, cómo no, en Francia, se fue extendiendo por otros países del Viejo Continente, como España, Bélgica o Italia, por ejemplo.
Las solicitudes preferenciales de los protestantes eran, entre muchas otras cosas, la disminución de ingresos, mayores regulaciones medioambientales, sobrecarga administrativa y el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Se avecinaban elecciones en varios puntos del continente y el mundo rural, harto de su ostracismo forzado en las políticas, quiso alzar la voz.