¿Imaginas caminar por un paisaje que parece sacado de otro planeta sin salir de la Costa Brava? La costa de Girona esconde rincones que desafían la imaginación. Sus formaciones rocosas milenarias crean contrastes únicos en el Mediterráneo.
Uno de estos lugares ofrece una paleta de colores tan intensa que evoca la superficie del planeta rojo. Se trata de un enclave resguardado, accesible solo para quienes buscan una experiencia auténtica. Una pequeña aventura que recompensa con una vista inolvidable.
Panorama y ritmos de la visita
Este rincón singular se encuentra en el corazón del Parc Natural del Cap de Creus. Es un territorio de naturaleza salvaje y vientos que han esculpido el paisaje. La mejor época para programar una excursión es durante los meses de mayo, junio y septiembre. En estas fechas, la afluencia de visitantes es moderada y el calor no resulta agobiante.

Durante julio y agosto, la demanda aumenta considerablemente. Madrugar es la estrategia clave para disfrutar del silencio y la luz matutina. La visita requiere cierta planificación, ya que su belleza reside precisamente en su aislamiento.
La playa en cuestión es Cala de l'Illa Roja, un tesoro geológico cerca de Roses y Begur. Su acceso no es directo en coche, lo que preserva su encanto. El itinerario más habitual comienza en la vecina Cala Montjoi. Desde allí, se debe tomar un tramo del histórico Camí de Ronda, señalizado como GR-92.
La caminata dura aproximadamente veinte o treinta minutos a un ritmo tranquilo. El sendero es irregular, por lo que es imprescindible llevar calzado adecuado para caminar sobre terreno rocoso y con desniveles. Este pequeño esfuerzo es el peaje para alcanzar un paisaje excepcional.
El secreto de su color único
El aspecto marciano de Cala de l'Illa Roja no es una casualidad. Su tonalidad se debe a la composición geológica de sus acantilados. Las rocas de pizarra y arcilla de esta zona son ricas en óxido de hierro. Este componente, al erosionarse por la acción del mar y el viento, tiñe la arena y los cantos rodados.

El resultado es un intenso color rojizo que contrasta de manera espectacular con las aguas turquesas del mar. ¿Qué necesito llevar a una cala salvaje como esta? La respuesta es sencilla: todo lo necesario. No hay servicios, así que agua, comida y protección solar son imprescindibles.
Consejos para un recorrido perfecto
Para disfrutar al máximo de la experiencia, es vital ir bien preparado. Además de agua y calzado deportivo, es recomendable llevar gafas de esnórquel. Los fondos marinos rocosos de la cala albergan una interesante vida acuática.
La playa está formada por guijarros y arena gruesa, por lo que unas escarpinas o cangrejeras pueden mejorar la comodidad. Dada su orientación, las mejores horas de luz para la fotografía son por la mañana. Combinar la visita a Cala de l'Illa Roja con otras calas del Cap de Creus puede completar una jornada perfecta de exploración por la costa de Catalunya.