Una persona con expresión preocupada mira su teléfono frente a un edificio con el logo de un banco.

El consejo clave del Banco Santander en época de rebajas

Por qué evitar compras impulsivas en las rebajas que empiezan puede marcar la diferencia en tus finanzas per-sonales

La llegada de las rebajas representa cada año una oportunidad para muchos consumidores, pero también plantea desafíos importantes para el bolsillo. En un contexto de inflación moderada y con la economía española mostrando signos de desaceleración en 2025, la presión por mantener la salud financiera personal es mayor que nunca.

Los hogares buscan ahorrar en cada compra, mientras los bancos refuerzan sus campañas de educación financiera para fomentar hábitos responsables. El consumo, pese a los ligeros repuntes tras la recuperación pospandemia, sigue siendo una de las variables más observadas por analistas y expertos, sobre todo en temporadas donde la publicidad y las ofertas se multiplican.

Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, el gasto medio en rebajas de invierno en España supera ya los 150 euros por persona, una cifra que, lejos de moderarse, ha ido en aumento desde el inicio de la década. Sin embargo, detrás de esa cifra se esconde un fenómeno habitual: la compra impulsiva de productos que, en muchos casos, terminan olvidados en el armario, con la etiqueta aún puesta.

Dos mujeres comprando
Dos mujeres comprando | Canva

El fenómeno de la compra impulsiva: una trampa recurrente en rebajas

No es casualidad que las entidades bancarias como el Santander insistan en la importancia de la planificación y el autocontrol en estos periodos. Tal como apunta su reciente publicación en redes sociales, el mensaje es claro: ¿cuántas veces has comprado una prenda solo porque era barata y jamás la usaste? Esta anécdota, que parece menor, se traduce en millones de euros malgastados cada año en todo el país.

La psicología del consumo explica que las rebajas activan un mecanismo de urgencia en el comprador. El temor a “perder la oferta” y el bombardeo constante de mensajes publicitarios empujan a gastar más de lo previsto.

Los bancos, conscientes del impacto que esto tiene en la salud financiera de sus clientes, insisten en una regla sencilla: antes de dejarse llevar por los descuentos, es esencial preguntarse si el producto encaja realmente con las necesidades y el estilo personal. De no ser así, ese dinero, por poco que sea, podría estar mejor invertido o ahorrado.

El mensaje del Santander, presentado en tono cercano pero con base en la educación financiera, busca alertar sobre el autoengaño que suponen muchas compras de oportunidad. No se trata de demonizar las rebajas, sino de convertirlas en una verdadera ocasión de ahorro, y no de despilfarro encubierto.

La educación financiera como herramienta para consumir mejor

En los últimos años, los grandes bancos españoles han redoblado sus esfuerzos para promover la cultura del ahorro y la gestión responsable del dinero, especialmente entre los más jóvenes. Iniciativas como el “Club de la Hucha” de Banco Santander forman parte de esta estrategia, poniendo el foco en las reglas básicas que pueden marcar la diferencia a largo plazo.

Una de esas reglas, repetida por expertos en finanzas personales y coaches económicos, es la de no comprar por impulso, por muy atractiva que sea la rebaja. Los datos lo corroboran: según un estudio de la OCU, más del 40 % de los consumidores reconoce haber adquirido en rebajas productos que nunca ha utilizado.  Este comportamiento, aparentemente inofensivo, tiene consecuencias a medio y largo plazo.

Oficina del Banco Santander
Oficina del Banco Santander | Banco Santander

Un gasto pequeño, repetido varias veces al año, supone cientos de euros menos en la cuenta corriente, o incluso el inicio de una espiral de sobreendeudamiento si se recurre a financiación para cubrir caprichos.

Por eso, la recomendación de los expertos y entidades financieras es siempre la misma: elaborar una lista previa a las rebajas, marcar un presupuesto máximo y analizar cada compra. Solo aquello que realmente encaje con nuestras necesidades debe pasar por caja. Lo demás, por mucho descuento que tenga, es mejor dejarlo pasar.